Ordo ab Chao es la principal divisa del grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Para algunos masones también es el lema del rito, se suele traducir por «Orden al Caos», aunque es más ajustado «Orden desde el Caos». No se trata de ordenar el Caos si no que el orden viene del Caos.
Mackey dice que aparece por primera vez en la patente creada por el Conde de Grasse en 1802 en el Supremo Consejo de Charleston. Y en la masonería escocesa liberal ha sustituido a la clásica divisa teísta «Deus Meumque Jus», traducida por «Dios y mi moral» o «Dios y mi derecho», que aparece también en la base del escudo de Gran Bretaña como «Dieu et mon droit».
La física actual nos dice que el estado primordial de la materia es el caos ordenado. La materia se nos presenta como ordenada ante nuestros sentidos pero su estado natural es el desorden. Este orden aparente es lo que lleva los creacionistas a pensar que el Universo, la materia, fue creado por un ente superior que lo ha ordenado y enfocado hacia una fase distinta, ya sea el Nirvana o la Jerusalén celeste. La física nos dice que si este ser superior, organizador del Cosmos, existiese no podría moverse en parámetros humanos, pendiente de nuestras obras, pensamientos y deseos, como nos lo presenta la Biblia o algunas corrientes masónicas. Si el Gran Arquitecto existiese tendría que ser una voluntad firme en constante conflicto con el caos. Lo que demuestra la experiencia es que en la materia caos y orden, orden y caos son lo mismo. No existe el conflicto, son parte indivisible de la vida.
Otra cosa es la búsqueda de orden en el contexto social. Aquí, la Masonería, como entidad humanista, compuesta por creyentes y no creyentes, atribuye la acción de ordenar el Caos a la voluntad y las acciones de sus miembros para crear una sociedad más justa. ¿No es acaso construir, levantar edificios, armonizar sociedades, una forma de ordenar el Caos? ¿No es acaso una de las consignas del maestro masón reunir lo disperso, juntar voluntades para que progrese el género humano? Bien sabemos que la maldad, el materialismo egoísta, la codicia individualista, la ambición y otras tendencias y fuerzas destructoras nos rodean e impiden el progreso, el pleno desarrollo de la igualdad y la justicia social. Ordenar el caos es oponerse a la destrucción, a la involución.
Como constructores sabemos que el Templo no va a finalizarse, que siempre va a sufrir derribos y reconstrucciones, que, tal vez, solo se puede asegurar su eternidad si se construye dentro de uno mismo; si convertimos la piedra en templo vivo. El Caos nunca llegará a dominarse pero en nuestra voluntad por ordenarlo, encauzarlo y hacer de él una construcción armónica y bella para todos los seres, habremos, por lo menos, cumplido con nuestra voluntad de hacer un mundo mejor.
Construir desde lo destruido, construir desde el desorden. Como Sísifo, condenado por los dioses a subir eternamente una pesada piedra a una montaña para verla volver a rodar y, al día siguiente, tener que volverla a subir. Así vive el ser humano, el constructor en su eterna laboriosidad.
…Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Siempre vuelve a encontrar su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. Él también juzga que todo está bien. Este universo por siempre sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada trozo mineral de esta montaña llena de oscuridad forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. CAMUS. El mito de Sísifo
El universo existe gracias a dar orden al caos. Tuvo que establecerse una serie de variables físicas y producirse el bigbang, o algo parecido. Entonces supongo que es a esa entidad o fuerza es lo que los masones admiran.
Y por qué los masones debiesen “admirar” algo o alguien en particular? la sola contemplación y consciencia de que existe esta dualidad unificada entre caos y orden, orden y caos, no debiese bastar para que mentes libres puedan cumplir con esa misión de mejorar el tiempo y espacio comunes a la propia existencia en su concepto más ambicioso o, en su versión minimalista, a no hacerlo peor?
Esa pequeñez de tener que asociar a la masonería conceptos y comportamientos básicos de aquellos que pertenecen a religiones y cultos es lo que no permite a la sociedad profana entender que tras sus edificios eso y exotéricos se aunan espacios para buenas voluntades, intenciones y acciones que permitan llevar esa tarea a cabo y que la virtuosidad es un camino constante que puede prescindir de dioses, divinidades, inteligencias superiores o cualquier otro arquetipo que los cobije.
Dios y mi Derecho…. Increible el afán post revolucionario para modificar la masoneria del antiguo régimen, erigida a la Gloria del GADU.
«Orden en el caos» es una de las sentencias más valiosas de la Francmasonería moderna. Se suma a ella «Sólo Dios me juzgará», también del sublime grado XXXIII del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Dos pensamientos que sintetizan la obra de los albañiles especulativos, así como su profundo espiritualismo.
“Deus Meumque Jus”, traducida por “Dios y mi moral” o “Dios y mi derecho”, que aparece también en la base del escudo de Gran Bretaña como “Dieu et mon droit”. “Solo Díos me juzgará” no aparece en ningún Thullier o Retejador del R.E.A. y A. Parece más un deseo intimo de corte luterano.
Caos y Orden, posibles en esta existencia basada en los sistemas de opuestos. Sistema de opuestos que han permitido la instauración de dioses y demonios para deleite del Demiurgo. Opuestos que nos mantienen divididos internamente y como humanidad.
Pero, no es con opuestos que se puede generar el movimiento?, que seria del universo estatico? del tiempo detenido?….ying y yang.
En mi humilde opinión de pagano, tanto el orden como caos son conceptos humanos que nada o poco describen al Universo, en su forma más científica.
Creo, pienso, que definir cualquier hecho de la naturaleza como caos sólo responde a la limitación de nuestro cerebro de entender las relaciones y comportamientos.
Por ende, opino que el orden no viene del caos, sino de la calma que nos produce entender lo que estamos observando.
Dicho esto, felicito su blog por cultivar un pensamiento crítico, o al menos, libre pensador, y por divulgar materias «filosóficas» o metafísicas, o principios masónicos, como quieran ustedes definir o catalogar estos interesantes artículos.
Tal como apunta Maximiliano Collinet, la cultura de los opuestos, apoyándose en las creencias de nuestro subconsciente, más bien denigra el «buenismo» que todos (o casi todos) llevamos dentro, incitándonos al odio del opuesto, en vez de amar al igual.
Tal como nos ven los astronautas cuando suben al espacio y ven la Tierra, pienso que así debería de ser la percepción del prójimo: fraternidad, no solo entre hermanos, sino entre humanos.