Hoy se hace con frecuencia la pregunta «¿Qué es el humanismo?» debido a que el término se usa con frecuencia. Muchos autores, incluyendo algunos humanistas prominentes, han llamado religión al humanismo, sosteniendo que el humanismo con el tiempo transformará los antiguos sistemas religiosos y eventualmente los suplantará. Julian Huxley predijo que la religión humanista llegaría a ser una nueva «religión sin revelación». John Dewey distinguió lo religioso de la religión y dijo que las cualidades religiosas de la experiencia podrían ser más propiamente perfeccionadas en el mundo contemporáneo a través de un nuevo humanismo naturalista que expresara nuestros valores ideales y nuestro compromiso con la ciencia y la democracia. Dewey utilizaba una concepción naturalizada de «Dios». Su concepto no denotaba un ser trascendente sino simplemente expresaba la unión de nuestros fines ideales. La religión para él por tanto funcionaba principalmente en términos éticos como una forma de conducta.
El humanismo construido en esta forma tiene muchas similitudes con los sistemas tradicionales de la creencia religiosa: El Cristianismo, el Judaísmo, el Hinduísmo, el Islam y el Budismo; porque cada uno de ellos da un sentido a la vida. Paul Tillich, el teólogo protestante existencialista, definió la religión como la que expresa nuestra «preocupación fundamental» -sea la moralidad de Jesús o Buda, o una de tipo sofisticada, científica, secular y postmoderna. En este sentido, se dice que el humanismo cumple funciones psicológicas, sociológicas y existenciales similares a las de los sistemas de creencias teístas. De manera interesante la mayor parte de las organizaciones humanistas norteamericanas han seguido el modelo religioso, intentando crear sociedades, capítulos o iglesias que realicen las funciones de las religiones tradicionales -aunque sin su contenido-.
Pienso que esta interpretación del humanismo es profundamente defectuosa porque encubre diferencias importantes entre el teísmo y el humanismo. El término humanismo secular ha sido introducido para distinguirlo del humanismo religioso. Sidney Hook, Joseph Fletcher, Corliss Lamont y otros humanistas importantes sostienen que el humanismo es un punto de vista secular filosófico, científico y ético5. Niegan que tenga algunas de las características esenciales de la religión. en particular, el humanismo no afirma la existencia de un dios u otras realidades sagradas, ni trae consigo los símbolos o funciones distintivos de las religiones tradicionales. Mucho de los precursores del humanismo contemporáneo -Marx, Nietzsche, Freud, Sartre, Russell- han sido fuertes críticos de la religión teísta, la que consideraban divisoria e ilusoria; sugirieron nuevas direcciones, siguiendo la razón, para la humanidad.
¿Es posible llevar a una vida auténtica sin religiosidad? O ¿existen algunas funciones inherentes a la condición humana que sólo un sistema de creencias y prácticas religiosas pueden llenar? Los humanistas deploran el hecho que los sistemas religiosos ortodoxos persisten a pesar de las masivas críticas elevadas contra ellos a través del tiempo por los filósofos y científicos escépticos. Están consternados cuando viejas formas religiosas son abandonadas, nuevos cultos de la sin razón con frecuencia se levantan para tomar su lugar. ¿Son los humanos por naturaleza animales religiosos? ¿No seguirá el humanismo como una guía que lleva a la buena vida tropezando hasta que empiece a pronunciarse sobre estos asuntos? En La tentación trascendental: Una crítica de la religión y lo paranormal he tratado sobremanera con estas interrogantes, apuntando a una necesidad más profunda para lo trascendental dentro del corazón del hombre, manifestándose a través de la historia en varias formas religiosas. Las religiones son proyecciones de fantasías queridas; los sistemas de creencia y práctica que persisten aparentemente satisfacen algunas necesidades profundamente humanas. ¿Podemos sustituir los equivalentes morales por las religiones tradicionales? ¿Pueden dar significado a la vida? ¿Pueden inspirar a los hombres y las mujeres a completar sus más altas aspiraciones sin ninguna fijación trascendental? ¿Pueden los seres humanos llevar vidas responsables sin un soporte sobrebenatural para la ética? Respondo: Sí. En El fruto prohibido: La ética del Humanismo, he delineado una filosofía humanista, ética. Sostengo que hay decencias morales comunes (esto es, principios generales éticos que gobiernan las interacciones sociales) que son ampliamente reconocidos y seguidos en las culturas humanas. Además, es posible para los individuos llevar vidas de excelencia y respetar los derechos ajenos sin pretensiones teístas o sanciones.
Pero ¿realmente necesitamos una religión más?¿Acabaríamos, también, creando dogmas y venerando personas?
Sinceramente debo manifestar que no necesito, especialmente, una religión para sentirme a gusto, plenamente lleno, con la visión ética que para la existencia proporciona el humanismo.
Además, estoy firmemente convencido de que cualquier forma de religión terminaría por montar alguna suerte de estructura con la que controlar y ahogar al ser humano, castrarle intelectualmente y con ello poner fin a la posibilidad de pensar en libertad y críticamente.
Mejor dejarlo como está, un movimiento abierto.
Me llama la atención la frecuencia con la que se tilda de religioso cualquier pensamiento humanista, espiritual, ético….
Da la impresión de que hubiese un especie de nostalgia religiosa, que no tuviésemos la valentía de pensar por nosotros mismos, sin necesidad de muletas.
Todavía llama más la atención que, a estas alturas, todavía tenga sentido plantearse, aunque sea de forma retórica, y aunque el autor felizmente la responda de forma afirmativa, la pregunta de si es posible una ética no religiosa.
¿No viene «religión» de religare, unir en latín? Yo creo que tenemos los hispanos un rechazo a todo lo que suene a religión por eso de que enseguida vemos a un cura dictándonos que debemos y que no debemos creer y pensar. Yo creo que Kurtz, además de dirigirse a creyentes, habla de humanismo como una base de encuentro entre seres iguales… Vamos, eso creo yo, que pasaba por aquí y…
El problema es que el lenguaje tiene una extraña tendencia a prostituirse y el mensaje depende más de quien lo recibe que de quien lo emite, aunque siempre podemos intentar predicar en el desierto y esperar que las palabras signifiquen lo que deben y no en lo que han devenido. Digo yo, vamos.
Por otra parte, recordando un post anterior y la etimología señalada por Xuan creo que, a lo mejor, la masonería también sería una religión ¿no? Por dios, que cosas se me ocurren
Me quedo con la visión racionalista y científica de la masonería. Una perspectiva que en Latinoamérica se viene en picada:Cada vez menos laica y más confesional. Dios no debería estar en los talleres más que como tema sociológico o filosófico. El resto a la capilla o la privacidad del hogar. El problema que veo desde afuera, aclaro por las dudas, es que masones muy deístas implantan sus creencias personales en la Logias, cuando al revés, en el seno de los talleres se debería recibir instrucción masónica, que no tiene nada que ver con los dogmas.