Por Francesc Arroyo
El Pais
14/06/10
Alain Touraine lo tiene claro: «El mal y el bien existen. El bien es lo que permite al hombre vivir de manera humana. Eso significa ser respetado, no ser humillado, ser reconocido como igual en derechos al margen de si uno es un campesino peruano o un premio Nobel de Física». La afirmación le lleva a proponer objetivos sociales: «Hay que reconstruir una sociedad en la que las instituciones tengan la capacidad de crear espacios de reflexión. Un/a hombre / mujer es su trabajo, su familia, pero debe tener distancia respecto a eso. Y esa distancia puede desaparecer si tengo que trabajar como un animal, si se destruye mi conciencia porque me tratan como un animal». Más allá de los últimos relativismos de moda, Touraine sostiene: «Es bueno un acto que defiende mi capacidad de actuar de manera reflexiva. No por mi estatus social, sino como individuo portador de un sujeto universal».
Es la tesis de su último libro, La mirada social (Paidós), sobre el que hace varios días impartió un seminario y una conferencia en Barcelona, invitado por el Institut d’Estudis Catalans. El mundo ha cambiado mucho en las últimas décadas, dice el reciente premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, galardón que comparte con Zygmunt Baugman. Las viejas palabras ya no sirven para entender el presente. «El mundo cambia incluso geográficamente», explica. «No sabemos si Europa, dentro de 50 años, será un continente atrasado o avanzado, porque no tenemos crecimiento, mientras que el resto del mundo sí lo tiene: África y China incluso muy fuerte. Se necesita que los intelectuales den un primer mapa, lleno de errores, pero que indique lo que ocurre. Eso supone que quieran hacerlo, lo que implica resistir a la búsqueda de la celebridad, del dinero. De venderse a empresas de publicidad, por ejemplo. Y no es tan fácil. Hay que tomarse muy en serio la responsabilidad de los intelectuales. Pero estos tienen que pensar los cambios: los tecnológicos, la destrucción de los grandes regímenes totalitarios. Procesos de transformación muy profundas que afectan a la vida cotidiana de la gente«.
Masonería Mixta Internacional
De la reseña me quedo con esta afirmación: «El sujeto es el ser humano dueño de sus actos.» Y la pregunta es si hay sujetos dueños de sus actos en muchas zonas del mundo o en situaciones como la actual o es una situación a recuperar.
Ricardo.