Gutta cavat lapidem, non vi sed saepe cadendo
(Ovidio)
(Ovidio)
La frase de Ovidio viene a reflejar con asombrosa claridad cual es el método de trabajo masónico, pausado, paciente, cotidiano. Piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, hasta elevar el hermoso templo al Progreso de la Humanidad porque quienes trabajamos en las canteras del Derecho Humano no tenemos otro afán que, precisamente y por mandato de nuestra fundadora, trabajar por y para ese fin. Ni a la Gloria de la Francmasonería Universal, que fatuidad trabajar en nuestro propio beneficio, ni a la de nadie que no sea precisamente aquello que más nos debe interesar, nosotros mismos como especie, la humanidad. Ya se sabe que la caridad bien entendida empieza por uno mismo.
La verdad es que todo lo anterior viene a cuento del último evento de la Federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain, el Derecho Humano, el levantamiento de columnas, el encendido de la luz, de un nuevo templo que procurará la consecución de una sociedad más libre justa y fraterna desde el sur de España, Sevilla.
El hecho es importante en sí mismo y quienes tuvimos la fortuna de asistir al mismo, pudimos darnos cuenta de algunas cuestiones capitales que, en ocasiones y en nuestra pequeñez paleta y reduccionista, o no vemos o no llegamos a entender. En Sevilla pudimos constatar qué significa lo de Orden Masónica Mixta Internacional, de verdad, palpándolo. Resultó una inmersión total más allá de lo puramente simbólico en cuestiones más exotericas, las que se palpan y ven si mayor dificultad.
En Sevilla coincidimos Hermanos y Hermanas de toda España, cuestión nada extraña ni anómala, con otros venidos de más allá de nuestras fronteras: Austria, Bélgica, Francia, Italia, Portugal. Supimos, también, del apoyo y los mejores deseos provenientes de Argentina, Colombia, Canadá, Estados Unidos, Paraguay, Marruecos, Togo ……………. la lista sería excesivamente prolija ya que nuestra Orden se encuentra diseminada por más de sesenta países en todos los continentes. Ese hecho es el que te hace entender una de nuestra características capitales junto a la de la convivencia de mujeres y hombres, el internacionalismo. Resulta que se trata de algo real, palpable. Algo que va más allá del discurso más o menos fácil, de la retórica y que se plasma en el momento importante de la Cadena de Unión, cuando la fuerza de la francmasonería se siente en toda su intensidad, porque además en ella se engarzaban manos de hombres y mujeres de otras obediencias amigas que, por encima de legítimos intereses particulares, celebraban la colocación de una nueva piedra, de algo que, de alguna manera, es patrimonio común de todos nosotros.
¿Aprendimos algo más en Sevilla? Sí, entendimos, mejor será decir que vivimos , otra de las características de nuestra Orden, la continuidad iniciática. En Sevilla nos reuníamos Hermanas y Hermanos no sólo de diferentes países, lenguas, culturas sino de diferentes grados del primero al último, del uno al terinta y tres, de aprendizas y aprendices a Soberanos Grandes Comendadores del grado 33 y último. Todos en perfecta comunión y enlazados en la misma Cadena de Unión.
Sevilla fue todo eso y mucho más, cuestiones que se quedan dentro y que maduran poco a poco. La satisfacción de ver que nuestra Orden crece, despacio, sin prisa pero sin pausa. Que la Luz se expande y que la esperanza de una sociedad mejor se puede seguir alimentando merced al esfuerzo de unas mujeres y unos hombres dispuestos a dar testimonio, cada cual con su mejor saber y entender, de aquello que la masonería, al menos la que representa El Derecho Humano, persigue: el Progreso de la Humanidad.
He dicho
Masonería Mixta Internacional
La Masonería Mixta es un ejemplo de justicia y equidad, porque le ha dado a la mujer, la oportunidad de compartir los trabajos masónicos, codo a codo, con los varones, reconociendo así que sus principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, se cumplen para el 100% de los seres humanos y no sólo para la mitad. Gracias por ello.