Desde hace algunos años se está comenzando a desarrollar un nuevo concepto filosófico cuyos fundamentos son la visión del mundo desde un concepto de globalidad, la empatía y el mantenimiento de posiciones críticas como método de evaluación del conocimiento.
Hace algunos días escuchaba una entrevista a la profesora Martha Nussbaum, integrante de este grupo de pensadores, al hilo de la entrevista indagué un poco sobre las teorías sustentadas por la Dra. Nussbaum y me encontré con alguna información adicional como esta y que viene a ser una especie de decálogo del pensamiento por el que aboga esta destacada profesora estadounidense. Adicionalmente y entre otras muchas fuentes recomiendo esta entrevista y su transcripción
Bien, ¿Qué tiene que ver una cuestión como esta en un blog de masonería? Creo que la respuesta es bastante evidente si tenemos en cuenta los presupuestos que defiende esta corriente filosófica y los fundamentos de nuestra Orden que aunque proclamados hace más de cien años presentan importantes coincidencias con aquellos. Espero que se entienda que no estoy tratando de afirmar que la Dra. Nussbaum, o cualquiera de sus colegas que se mantiene en la misma línea de pensamiento, pertenezca a nuestra Orden o sea tan siquiera masona. Ni lo se ni viene al caso ya que lo importante, desde mi punto de vista, es lo acertado de los fundamentos de El Derecho Humano  enunciados en momentos en los que conceptos como globalización, entendida esta como la atención a los problemas globales y no como un concepto meramente economicista, pensamiento crítico o empatía no contaban con el amplio consenso que pueden concitar hoy en día.
Parece fuera de toda discusión que los problemas a los que se enfrenta cada una de nuestras micro-sociedades ya no pueden ser abordados desde un punto de vista local puesto que cada día es más evidente la similitud de los problemas, manteniendo las correspondientes escalas que permiten una homogeneización de situaciones aparentemente desiguales, a los que se enfrentan los seres humanos en diferentes partes del planeta.
Situaciones como el cambio climático, la pérdida de derechos sociales, la agresión que sufrimos por parte de medios de comunicación -algunos eminentes pensadores los denominan «medios de persuasión»- controlados cada vez por menos pero más potentes conglomerados financieros, e ideológicos obviamente, y cuyo resultado es la pérdida de conciencia crítica y consecuentemente la adopción de posturas sumisas ante el sistema, la generalización de las desigualdades sociales con un incremento de la brecha entre quienes más tienen, una minoría cada vez más exigua, y quienes menos tenemos, lógicamente una mayoría que crece en tanto en cuanto el otro grupo disminuye, y tantas otras que están en la mente de todos y que sería prolijo enumerar, es evidente que afectan a los individuos con independencia del lugar en el que hayan nacido o al que los avatares de la vida les hayan llevado a vivir. Es decir se trata de problemas que nos afectan de forma global.
Por otra parte la disposición a ponernos en el lugar del otro, cuestión harto difícil ya que nos obliga a prescindir de una parte de nuestro yo para sumir una porción del «yo» ajeno no es algo que se pueda afirmar que se generalice pero es bastante claro que tanto el propio discurrir histórico como la generalización de los problemas que nos son comunes a un mayor número de personas con independencia de nuestras situaciones personales hace que cada día sea más fácil este ejercicio de «compartir» denominado empatía.
Parece pues que se trabaja en la dirección que hace ya más de cien años, dos “visionarios” tomaron como medio para conseguir una sociedad más justa libre y fraterna:”………sus miembros buscan, ante todo, concretar en la Tierra y para todos los humanos el máximo desarrollo moral, intelectual y espiritual, condición primera para que cada individuo pueda alcanzar la felicidad en una humanidad fraternalmente organizada” (del rtículo 3º de la Consitución Internacional de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain-El Derecho Humano), y todo ello, insisto, desde las bases que impregnan la masonería desarrollada por nuestra Orden: Internacionalismo, desarrollo del sentido crítico y empatía o admisión de la verdad del otro/a

1 Comentario

  1. Prescindir de parte de nuestro yo para asumir una del yo ajeno. No debería de ser tan costoso,¿ no lo hacemos con nuestros hijos y personas queridas? Fuera del ámbito familiar, podemos hacerlo con los amigos, quizás el siguiente paso es una concepción más global de la palabra comunidad. Pero hay que tener una fe en la condición humana que casi resulta incompatible con la genética.

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