Rita Levi-Montalcini nació en Turín, en 1909 en un parto gemelar siendo ella la mayor de cuatro los hijos de una familia de origen sefardí. Su padre, ingeniero, y su madre, pintora, dieron a sus hijas una educación muy estricta y centrada en los papeles tradicionales de la mujer de esposa y madre. Algo que Rita nunca aceptó. Trabajó en una panadería para pagarse los estudios y en 1930 se matriculó en la Facultad de Medicina de Turín, donde se licenció en 1936, doctorándose en Neurocirugía con el grado de summa cum laude.
Trabajó como ayudante del histólogo italiano Giusseppe Levi hasta que en 1938 Mussolini publicó el Manifesto Della Razza, que prohibía a los judíos acceder a carrera académica o profesional alguna.
Expulsada de la universidad, se trasladó junto con su familia en 1943 a Florencia y allí vivió clandestinamente, a la vez que montó una pequeña unidad de investigación genética en su propia casa, ayudada por algunos colegas. En 1945, al terminar la guerra, regresó a Turín con su familia y volvió a recuperar sus posiciones académicas en la universidad.
Emigró a USA en 1946, cuando aceptó una invitación de la Universidad de Washington, bajo la supervisión del profesor Viktor Hamburger para ayudarle en su laboratorio. Lo que debía de ser por un solo semestre, se transformó en 30 años en el laboratorio del Instituto de Zoología de la Universidad. Durante este período estableció una unidad de investigación en Roma teniendo así que dividir su tiempo entre Roma y Saint Louis.
Obtuvo el Nobel de medicina en 1986 por los trabajos y descubrimientos que hizo en 1942, en el dormitorio de su casa, sobre los factores de crecimiento de las células del sistema central nervioso (Nerve growth factor, NGF), que contradecía lo que había sido la teoría de Ramón y Cajal, y que durante cincuenta años estuvieron en entredicho por sus colegas. Premio que compartió con Stanley Cohen, con quien trabajaba en USA.
A lo largo de su vida ha recibido decenas de premios y pertenece a las más importantes Academias de Ciencias del mundo, entre las que destaca la de Estados Unidos.
Es doctora “honoris causa” en ingeniería biomédica por la Universidad Politécnica de Turín, su ciudad natal y de la Universidad Complutense de Madrid. Y en 2011 por la Universidad McGill.
Hoy, con 103 años de edad sigue teniendo la mente tan lúcida como hace 50 años y como ella dice: “El cuerpo hace lo que quiere. Yo no soy mi cuerpo: soy mi mente.” Y reclamando que cuando su mente falle, la ayuden a morir dignamente, como ha vivido.
Ricardo
PS: Fallece el 30 de diciembre de 2012, una vez escrita esta nota. Una grande entre las grandes mujeres del siglo XX.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/12/30/actualidad/1356885109_735814.html
shaloon debe de estar orgullosa su familia de esta bella dama,yo m crie en ese ambiente de la medicina mi madre era enfermera,por lo tanto creci en un hospital,conosco bien la psicologia de los hospitales el eterno elohim,de los cielos a tenga en su gloria shaloon a todos y bendiciones…