Tiempo, todo trabajo humano emana simbólicamente de aquel originario que manipula los estados materiales mediante instrumentos a fin de modificarlos y adecuarlos a un propósito ideado previamente. Este es el núcleo simbólico que permanece desde la más remota antigüedad, en todo trabajo. El hombre mediante esta modificación logra “acelerar” el Tiempo y romper el ciclo natural de la propia Naturaleza, que hace lo propio pero según un ritmo diferente, estacionario, y con los instrumentos del frio, el calor, la lluvia, el viento, etc… El hombre parece que aparentemente rompe ese tiempo estacionario, ese tiempo natural, acelerándolo y liberando a la propia materia de la servidumbre estacional para comprometerla con su propia voluntad en un propósito elaborado por su mente y trazado solo desde la utilidad humana.

 

Siempre que ese tiempo parecía adquirir vida propia y escapar al control se hacen una pregunta ¿Es el ser humano colaborador y compañero de esa Naturaleza, o por el contrario su Obra es autónoma de todo ciclo natural? Y esta pregunta se han hecho todas las generaciones, siempre, porque a todas parece que se les acaba por escapar el Tiempo de su control. Y a la vez todas piensan que el suyo, su Tiempo, es diferente a las anteriores, y que realmente su generación la humanidad si es la más importante de todas las que han sido, y por lo tanto está realmente en peligro de perder definitivamente el control del Tiempo, porque la técnica ha acabado por adquirir tal aceleración imposible de gestionar que así definitivamente el planeta agoniza sin remedio natural y ecológico. Es por ello que todas las generaciones han soñado en la anterior, en las antiguas como depositaria de un Tiempo Real. En definitiva toda generación tiene la soberbia de creerse especialmente singular, diferente y más importante que las anteriores, y en que la suma de asechanzas antihumanas adquiere una cualidad altamente final para la especie humana. Todo esto obviamente es un sueño de esa misma razón atrapada en ese tiempo, no Real. Posiblemente el núcleo de la inquietud humana reposa en una mítica tradición bíblica, patriarcal, que relata cómo nuestros simbólicos antepasados primeros fueron separados de aquel estado de Armonía plena llamado Paraíso, debido a su voluntad de conocer y comprender su propio misterio, y comieron de un árbol prohibido. Y así un Dios y Censor de todo Tiempo se lo impuso.

 

Pero el mito de la Caída es atemporal y se reproduce generación tras generación, pues todas han de probar del fruto prohibido en definitiva. El relato patriarcal bíblico que relata esa orden dictada de dominar la Tierra, lo relata después de sufrir la Caída. El mito primigenio en el que comienza la aventura humana solo relata el inicio de una Búsqueda. Es una búsqueda sencilla, la búsqueda de todas las partes para descubrir el Todo, que no es la suma de aquellas sino su síntesis, su Sophia. Pues la administración de las partes es la participación de ese mismo Todo, en uno mismo, del mismo modo que los elementos simbólicos del agua, el fuego el aire y la tierra, condensan las partes en la síntesis iniciática, haciendo en el nuevo aprendiz depositario de toda la Naturaleza. Porque no se trataba de otra cosa más que de conocer el Tiempo Real, la Cadencia Humana, solo eso. Y esta ingenua pretensión ha acabado por ser el origen de un castigo orientando nuestros actos definitivamente en un tiempo esquizofrénico y antihumano. Sin duda en un Tiempo que no nos pertenece.

 

Pero ¿Es realmente cierto que esta es la única manera de reintegrarnos a nuestra propia Perdida originaria? ¿Solo existe un Tiempo, Tiempo Real, y los otros son formas de percibirlo, pero también de vivirlo? ¿Creemos realmente que el hombre emancipa a la Naturaleza, y a toda la materia conjunta, dándole sentido en su proyecto, el proyecto humano? Y ¿Es realmente el hombre, la Humanidad, el nivel Consciente de nuestro planeta, el depositario y responsable de toda ella?

 
Y por último ¿Cómo hemos interiorizado el Castigo en Norma? Y ¿Si la manzana fuera realmente Sophia invitándonos a descubrir nuestra auténtica Cadencia?

1 Comentario

  1. Gracias por aceptar mi solicitud de amistad,espero se mantenga en el tiempo atte, Julio Acevedo.

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