¿Es posible transformar nuestra ideología a partir del trabajo masónico? ¿Es posible adquirir una conciencia política desde el trabajo masónico?
Ambas cuestiones y cualquiera otra del mismo tipo nacen a partir de la pregunta de uno de los aprendices de mi logia que me inquirió acerca de si mi pertenencia a la masonería había, de alguna manera, formado o transformado mi pensamiento político.
Quiero dejar sentada una premisa fundamental, la masonería -cualquiera que sea la Obediencia de la que hablemos o a la que pertenezcamos- es una sociedad iniciática, centrada por tanto en el trabajo del individuo con la finalidad del mejoramiento personal.
No estamos, por tanto, en una escuela de formación política si por tal entendemos aquellas cuestiones relacionadas con los partidos políticos; estaremos sí, si por tal entendemos aquello que tiene relación con la sociedad, con la humanidad que es la gran sociedad. Resulta bastante obvio que todo, educación, sanidad, reparto de la riqueza, derechos ….. son cuestiones fundamentalmente políticas porque tal es, como bien dice la Real Academia, la «actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo«. En este sentido la masonería podría ser, como bien tituló en su día un trabajo el profesor Pedro Martínez Lázaro, una «escuela de formación de ciudadanos«
En ese sentido la masonería a través de un trabajo en el que se fomenta la reflexión, el estudio, el análisis y la creación de un pensamiento crítico por medio del binomio razón-espíritu, nos lleva en mi opinión a adoptar determinadas posturas ideológicas aunque no necesariamente partidistas o partidarias.
Es evidente que un trabajo bajo los fundamentos filosóficos definidos por la divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad -si realmente creemos en los principios que sustentan la masonería en la que estamos- termina por conformar un pensamiento ideológico, necesariamente abierto y en el que pueden tener cabida diferentes posicionamientos pero que estarán siempre dentro de una línea de conducta claramente marcada por un humanismo laico.
Si tratamos de buscar una relación clara entre esa ideología difusa, en tanto que poco concreta desde el punto de vista de la adscripción política partidaria pero muy clara desde los principios que deben informar nuestra actitud como indivíduos ante los problemas sociales, nos encontraremos con bastantes dificultades de ubicación en tanto en cuanto la absoluta carencia de dogmas permite que nuestra acción política, nuestro trabajo social, se lleve a cabo en cualquier lugar que nos permita mantener incólumes nuestros principios básicos.
Dónde se debe ubicar un masón está meridianamente claro, donde se respeten los principios de la divisa masónica y se trabaje en favor del progreso social, entendido éste no exclusivamente desde el punto de vista material sino más bien como aquel que lleva aparejada la conquista de la felicidad.
Termino respondiendo a las dos preguntas con las que iniciaba este post.
Por lo que respecta a la primera creo que más que transformar nuestra ideología el trabajo masónico reforzará nuestras convicciones. Dificilmente podríamos integrarnos en la masonería sin tener claros los conceptos que la mueven y que son inequívocos desde el punto de vista ideológico.
En cuanto a la segunda, obviamente y si convenimos que la masonería es una «escuela de formación de ciudadanos» está claro que la asunción de la condición de ciudadanos lleva aparejada la adquisiciòn de una conciencia política tomada ésta como el interés por las cosas píblicas con total independencia de la adscripción, o no, a algún tipo de organización política.
Fastidia a veces leer un artículo tan bueno como este sin poder felicitar al autor. Por otra parte acostumbrada en nuestra pequeña sociedad, que forma parte de la que queremos mejorar, a oír o leer críticas más fundadas por la cercanía o lejanias al autor creo que agradezco no conocer su identidad
Cómo decia el profesor Luis Gómez Llorente, que por cierto presentó el libro de Álvarez Lázaro, la formación de una conciencia libre es la base y objetivo de la persona que quiere definir su opinión social sin dogmatismos.
OS invito a visitar la conferencia que nos ofreció en Madrid
Un fuerte TAF
Desde un punto de vista operativo se ha constatado que los comentarios políticos conducen más al enfrentamiento que a la fraternidad, por ello no son recomendables en logia, pero si nuestra referencia es la igualdad y la libertad estamos hablando de política en estado puro, creo.
Creo q no hago más q sumarme a los comentarios anteriores de nuestras Hermanas si digo q hay una clara diferencia entre política, entendida en su etimología, como el arte de gobernar la polis, y el partidismo q nada tiene q ver.