Queridas amigas, queridos amigos que nos seguís con con asiduidad o sólo de vez en cuando, llegamos al final del año y, como en toda obra humana, es bueno detenerse para recapitular sobre lo que ha sido el año transcurrido.

Somos una publicación que trata de llevar el mensaje de la masonería liberal a todo quien quiera atenderlo, de una manera abierta y sin secretismos, no nos gustan, buscamos la luz, no la oscuridad y eso va en contra de lo secreto (además hemos de confesaros que no existe el secreto masónico, al menos tal y como la gente suele entender éste tipo de cosas).

Creemos que el final de un año es el momento de hacer recuento de lo acontecido durante estos doce meses, ver si hemos sido capaces de acercarnos a  más personas o a menos o, simplemente nos estancamos. Necesitamos saber si el trabajo merece la pena más allá de la propia satisfacción de quien escribe aunque esta sea una cuestión que no cabe en este proyecto.

La verdad es que los números son incontestables, de enero a diciembre prácticamente hemos duplicado el número de páginas servidas; somos el primer blog masónico de habla hispana y se nos sigue en mayor o menor medida en prácticamente todo el mundo. Todos estos datos nos animan a seguir en la tarea de divulgar una manera de  entender la masonería y la vida, aquella que se fundamenta en el humanismo y en el respeto a los demás.

La vida y la masonería, decimos, porque en nuestro blog han tenido cabida artículos propios, o de otras personas que escribían sobre cuestiones que nos parecía interesante divulgar  y que en muchas ocasiones pasan desapercibidas entre el maremágnum de información que se genera cada día, en los que hablamos de masonería pero también de otras cuestiones.

Más de cien artículos de temática variada, social, simbólica, filosófica; noticias de nuestra Orden, comunicados de la Federación española sobre cuestiones que tienen que ver con la actualidad social. Un trabajo que a tenor de los resultados interesa a algunos cientos de personas cada día y que nos empuja a continuar la tarea emprendida hace cuatro años en un blog perdido en la maraña de Internet.

Llegados a este punto no queda más que agradeceros vuestra compañía y desearos un año 2014 en el que la sociedad sea capaz de volver al sendero de la solidaridad, la libertad, la igualdad y la fraternidad. Que el acceso a la felicidad se considere un bien inalienable y que todas las personas trabajemos en ese sentido.

Hemos dicho