Sí, en el principio fue el Rito pues no había más que uno, y posteriormente fueron creciéndole ramas al árbol y del Rito se pasó a los ritos como algo natural pues cada grupo humano fue adaptando aquel primigenio rito a sus propias necesidades o quereres, e incluso a sus pompas que de todo hay aunque la pompa sea discreta y para uso casi doméstico, de tal manera que en un corto espacio de tiempo la masonería se encontró con toda una panoplia de posibilidades al alcance de los interesados para que nadie se encontrase desplazado o fuera de lugar.
En principio fue el Rito, digo, y este era deísta, pues así era la sociedad en la que nació, y se vio, con el paso del tiempo, que no era bueno, pues los seres humanos no pensamos de manera homogénea, mucho menos quienes se reúnen en una cofradía o sociedad con una especial dedicación a la especulación y que como resultado de ello termina formando individuos con una clara tendencia al librepensamiento, y se vio entonces la necesidad de buscar otra manera de trabajar que permitiese escapar al corsé de la creencia en un ser revelado pero que al mismo tiempo no dejase fuera a quienes así pensasen.
Y de entre todos los Ritos que naciendo fueron destacó con fuerza uno llamado Escocés Antiguo y Aceptado, aunque mayormente fuera de origen francés y más bien moderno, o al menos no tan antiguo como el Rito. Y con el paso del tiempo y debido a sus virtudes para acoger bajo su paraguas a gente diversa en pensamiento terminó por pasar a ser el Rito, no por sus bondades, de las que no carece, sino por la extensión y el número de practicantes.
En cualquier caso el Rito, el que practiquemos, más allá de la liturgia, no deja de ser una herramienta que debe ser manejada con destreza si realmente queremos extraer de él todo lo que puede darnos, y para ello debemos profundizar en todos y cada uno de sus elementos para tratar de desentrañar lo que hay más allá de las palabras o gestos con los que lo interpretamos.
El Rito, ese conjunto de palabras y gestos que nos permite abstraernos del ruido profano y concentrarnos en lo que debe ser realmente nuestro trabajo, el que se desarrolla en nuestro interior, y al que debemos dedicar una parte importante de nuestros esfuerzos como iniciados e iniciadas. Porque en esa cuestión reside todo el ser de la masonería, en que es una sociedad iniciática y en la que, por tanto, determinadas cuestiones deben ser dejadas, pero no olvidadas, en un segundo plano para que de este modo no nos distraigan de lo primordial de nuestra tarea, el trabajo interior y personal, la búsqueda afanosa de la perfección aún sabiendo que se trata de una utopía.
Interesante. Sin embargo os ruego que observéis la posición de las columnas. Forma antigua, el Rito Francés ( de Modern, en la querella con los «Antiguos») en su forma tradicional, lo mantiene.
Fraternalmente