Son muchas las logias, no importa a que Obediencias pertenezcan, que tienen abierto en un lugar prominente de sus talleres, durante el transcurso de sus trabajos, una Biblia (el Libro de ahora en adelante). Este hecho no suele tener en ocasiones nada que ver con la orientación religiosa de los miembros del taller, ni tan siquiera con prescripciones rituales (aunque en ocasiones, y de manera errónea como veremos más adelante, se crea que su presencia es obligatoria en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado), aunque sí con un tradicionalismo caduco fruto del desconocimiento de la propia historia. También son muchas las que no cuentan con más libro que la Constitución o sus Reglamentos Generales

Decía que hay quienes sostienen que la presencia del Libro es consustancial al rito y ello quizás se deba a que para algunos los relojes tienen la virtud de pararse en aquel punto de la historia que les interesa especialmente, y sin que se me alcancen las razones de este interés. Todos conocemos casos de quienes se empecinan en agarrarse a viejos, y también caducos, «mandatos» para continuar vetando el acceso a la mujer en igualdad de condiciones que el hombre en las logias, ¡todo sea por la tradición!

El Libro aparece como una de las Tres Grandes Luces en un ritual «escocés» de 1760 (The Three distinct Knocs), también en el correspondiente al Primer Grado de la Gran Logia general escocesa de 1804, así como en el Thuileur RÉAA de Grasse-Tilly de 1813, y en la Guide des maçons écossais, datada  entre 1806- 1811 y publicada entre 1816 y 1821. Sin embargo en el Ritual de los tres primeros grados según los antiguos cuadernos de la Gran Logia de Francia de 1829 el Libro es reemplazado por los Reglamentos Generales de la Obediencia. Parece pues que la tradición es según y como o para quien o para cual.

Existe otra cuestión a mi juicio importante y que suele ser echada en saco roto por muchos, se trata de lo que se denomina VLS (Volumen de la Ley Sagrada), así, tal cual, y sin la menor referencia acerca de cual es el libro al que hace referencia. Se supone que cada Logia podría adoptar aquel que mejor se adaptase a la ideología dominante en ella o, como ya señalaba un poco más arriba, unos Reglamentos Generales (Gran Logia de Francia), la Constitución Internacional (Le Droit Humain) ….. Podríamos afirmar por tanto que la existencia del Libro en las logias es algo que nada tiene que ver con el rito salvo que se trate de uno clara e inequívocamente cristiano. Bien está recordar aquí, por ejemplo, el magnífico poema de Kipling, IF, y en el que se da respuesta, y magnífica por cierto, a esta cuestión.

Hace ya mucho que el Libro ha dejado de formar parte de las tres Grandes Luces para convertirse, a lo sumo, en «mobiliario» o decoración. El que las leyendas del REAA, o de otros ritos, estén sacadas de él, con un importante grado de mixtificación y con grandes dosis de imaginación, no aporta el menor valor simbólico, desde mi punto de vista,  a lo que es el rito, su significado y su valor como herramienta de trabajo en logia