Auzolan, la logia de la Federación española del Derecho Humano en Donostia, celebra el próximo día 13 su primer Solsticio, la fiesta mayor de la masonería, y nos parece que es una buena ocasión para hablar de una logia que aúna una serie de características que le aportan un cierto aire especial. En primer lugar, y muy importante para la masonería española y no sólo para el DH, es la heredera directa de la logia «La Luz Vuelve», que en plena dictadura franquista consiguió que la masonería volviese a iluminar aquella España negra.
También está su proximidad a Francia y, con ello, a todo lo que eso significa en una Orden como Le Droit Humain, que tiene en su ADN el internacionalismo como seña de identidad distintiva, y más ahora, cuando la cuestión de la mixidad se diluye ante la cada vez mayor aceptación de la mujer en Obediencias tradicionalmente masculinas exclusivamente.
El hecho de la proximidad a Francia no supondría en sí mismo ninguna característica especial más allá de la geográfica si no fuera unida al mencionado internacionalismo, ciorcunstancia que propicia que sea habitual la presencia de Hermanas y Hermanos de la Federación francesa de la Orden en las tenidas donostiarras, lo que sin la menor duda viene a paliar de alguna manera el desastre que para la masonería supusieron los largos años de la dictadura franquista.
Esta presencia de miembros de la vecina Federación francesa está comenzando a propiciar el engarce de eslabones de una y otra parte de la «muga», que sin la menor duda redundará en un estrechamiento de las relaciones, ya de por sí fraternas, entre dos Federaciones profundamente asimétricas en lo numérico, pero al mismo tiempo con una gran similitud en lo identitario, identidad que nace con otra de las características fundamentales de la Orden, la homogeneidad del rito por la que vela el Supremo Consejo, el laicismo y su preocupación por llegar a constituir sociedades más justas, libres y fraternas.
Para quienes trabajamos en los verdes valles del Oriente donostiarra, esta unión con Hermanas y Hermanos de Orientes de la otra parte de la frontera supone una oportunidad única para reforzar los lazos de fraternidad y para ir construyendo un edificio a la tolerancia y la paz en una tierra que poco a poco se reencuentra consigo misma y en paz.
Auzolan, término euskaldún, para designar el trabajo en común en bien de la comunidad, termina su primer curso de vida con piedras nuevas y con fuertes lazos con las logias hermanas de la otra parte de la muga, el internacionalismo y la fraternidad se viven en cada tenida, y gracias al apoyo que recibimos de otras logias de nuestra Federación o de la francesa. Construimos, no sin esfuerzo, pero con la certeza de que cada tenida nos aporta el salario suficiente como para que las ganas de volver se renueven con fuerza en cada tenida
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