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Del Esoterismo a la iniciación humanista

Del Esoterismo a la iniciación humanista

Respecto al pensamiento contemporáneo, el paso del tiempo parece haber arruinado la consideración que disfrutaba antes el concepto de “esoterismo”.

En efecto, excepto para designar el ambiente interno y las tradiciones reservadas a los miembros de una cofradía, el esoterismo aparece hoy como una especie de jungla inextricable e indeterminada donde se funden y se reencuentran las innumerables elucubraciones irracionales, es decir antirracionales, que animan a las sectas.

A la llamada del término “esoterismo” en Internet, miles de artículos exponen las propuestas más insólitas para atraer nuevos clientes entre las personas que tienen un sentido crítico debilitado, es decir inexistente, o que buscan subconscientemente un “director de conciencia” o un “gurú”.

Pero sea cual sea el camino del acercamiento, al abordar las orillas del “esoterismo” así entendido, se penetra inevitablemente en la nebulosa de las sectas mercantiles o psicóticas o en su amalgama.

Estas sectas invierten el inmenso dominio de la creencia transformándolo en una feria mundial de la credulidad en la que los camelos de la ilusión defienden sentenciosamente mezclas “espirituales” tan dudosas como ostentosas.

Las falsas promesas de este “esoterismo” constituyen actualmente el tejido de la relación interactiva entre el fenómeno sectario y sus víctimas.

Para un espíritu libre y crítico, el término “esoterismo” recubre el conjunto heteróclito de creencias extravagantes y de estafas desvergonzadas que se reclaman vinculadas con la irracionalidad.

Ahora bien, la Francmasonería liberal y evolutiva se ha comprometido y se compromete cada vez más con su ideal humanista. Se ha alejado hasta tal punto de sus teorías y significados originales que el calificativo de “esotérico” se ha convertido, para ella, en una definición inadaptada. Los “esoterismos” y sus pseudo espiritualidades engañan el ojo, son antitéticas con la vocación ética de la francmasonería evolutiva actual y sobretodo del futuro.

De todas formas, en la actualidad los adultos toman por secretos de polichinela los pretendidos “misterios” de los que, invariablemente, se propone la revelación a todo eventual interesado. Pero hay que tener la madurez psíquica del adulto, lo que es menos normal de lo que se cree.

Por otro lado, el componente elitista del “esoterismo” es contrario al concepto democrático del saber, ya que reserva sus pretendidas “enseñanzas” a unos discípulos elegidos según los criterios y la buena voluntad de los “maestros del pensamiento”. Ahora bien, están lejos los tiempos en los que los libros sagrados –con cierres excepcionalmente abiertos- se exhibían solemnemente, de lejos, ante la masa popular mantenida en la ignorancia y la tutela…

“Cuando en 1637, al comienzo del “Discurso sobre el método” Descartes afirma que el sentido común es “la cosa mejor repartida del mundo”, toma posición a favor de una ciencia que deja atrás la amplia herencia magico-astrológica del pensamiento antiguo y medieval, vinculado con la diferenciación entre profanos e iniciados”[modern_footnote]Jean Paul Thomas en “Le Monde” 6-VIII-99[/modern_footnote] .

Se puede constatar que existe actualmente una iniciación humanista abierta a todas las personas honesta, que deseen sinceramente aproximarse a la sabiduría y mantener su filantropía, mientras que las iniciaciones “esotéricas” continúan buscando, con sus promesas elitistas, a aquellos que desearían diferenciarse de todos los otros gracias a la adquisición privilegiada de pretendidos “secretos”.

Las doctrinas “esotéricas”, marcadas por sus connotaciones político-elitistas, correspondían todavía no hace mucho tiempo, a las reminiscencias de una sociedad aristocrática cuyos fundamentos y estructuras serían consideradas sin embargo caducas. Ahora bien, actualmente, todo lo que separa a los seres humanos en categorías exclusivas es contrario a los criterios de una francmasonería que se ha convertido en democrática.

Por otro lado, el complejo de las doctrinas “esotéricas” se rodea voluntariamente del dogma retrógrado y obscurantista que -a semejanza del “conocimiento primordial”, tan querido por René Guénon- confiere más valor a las enseñanzas del pasado que a los descubrimientos más recientes.

Los mitos de una “Edad de Oro” en el pasado, de la búsqueda en el presente de una misteriosa “Palabra perdida”, y las “Profecías” milenaristas que anunciaban para un futuro nminente todo tipo de cataclismos apocalípticos y la forma de salvarse de ellos –se proponen como grandes cebos del “esoterismo” y están reservados únicamente a los fieles adeptos, mientras que los objetores se encontrarían entre las condenas del “infierno”…

El argot esotérico-ocultista atrae a un publico especialmente sensible a las sugerencias del vocabulario fetiche de lo irracional, en el que florecen: los “horóscopos” y “temas astrales”, los “destinos”, las “reencarnaciones” concedidas según las fantasías más extravagantes, el “magnetismo”, los “dones de videncia”, o ”curaciones por imposición de manos” tan charlatanescas como megalomaniacas…

Los “esoterismos” no dejan de desembocar en todo tipo de “poderes ocultos” casi mágicos.

Así ocurre con las “aptitudes adivinatorias”, los “hechizos y los hechizos liberatorios”, las “curaciones” sobrenaturales, de una pretendida maestría de pretendidas “ondas positivas” y “ondas negativas”… y otras “mesas giratorias” que hacen girar las cabezas y desviarse el espíritu…

Pero, ¿qué tiene la iniciación humanista de la francmasonería en común con todo este embrollo del que es el antinomio?La francmasonería liberal, que se considera garante del respeto y de la libertad del espíritu humano y, en consecuencia, garante de la honestidad intelectual contra la vergonzosa estafa –debe reclamar su reprobación ante la explotación
de una clientela mistificada por todo tipo de imposturas pseudo culturales.

¿Por qué toda la literatura que trata de la francmasonería ha sido confinada sistemáticamente a la estantería del “Esoterismo” de todas las bibliotecas y librerías?

¿Acaso porque algunos escritos masónicos, a pesar de la evolución del pensamiento en el tiempo, continúan deletreando el alfabeto de los siglos precedentes?

Entonces, ¿por qué no clasificamos igualmente las publicaciones de los químicos actuales entre las de los alquimistas de la Edad Media?

Para un buen número de observadores exteriores, la imagen de la francmasonería está todavía marcada por la historia de su filiación iniciática cuyas connotaciones esotéricas evocan los “misterios” antiguos y las iniciaciones elitistas.

En efecto, desde sus inicios modernos, en 1717, la francmasonería ha evolucionado en tres fases influenciadas cada una por el contexto sociocultural de la época:

En el siglo XVII la masonería fue religiosa y culta,

– en el siglo XIX fue netamente esotérico-ocultista,

– y durante el siglo XX se ha transformado cada vez más rápidamente en su estado actual de Orden filosófica y humanista.

Estas tres fases se han superpuesto progresivamente sin sustituir completamente una a la otra. Esta es la razón por la que las encontramos todavía frecuentemente unidas,  estrechamente entremezcladas a pesar de sus contradicciones. Porque el humanismo que nos une es más fuerte que las ideologías que podrían separarnos.

Sin embargo, a fuerza de exaltar la libertad de elección, una corriente espiritual corre el riesgo de desvirtuar su identidad. Es por eso por lo que la masonería termina rompiéndose en un polvo de grupúsculos en busca de definiciones más exactas para unos o para otros…

En la actualidad, los ideales, para ser válidos y atractivos, deben definirse claramente. El oportunismo está mal visto y no se puede ya reagrupar, a cualquier precio, unos sistemas de pensamiento y sus contrarios con el único fin de permanecer nominalmente presente en todos los casos.

Parece claramente que la corriente masónica moderna no se satisface ya solamente portando insignias para conservadores de un Museo de las tradiciones esotéricas.

Las fábulas pseudo históricas del Caballero de Ramsay –declarando filiaciones míticas de la masonería con la orden desaparecida de los Templarios y otros grupos de caballeros de las cruzadas- se han hecho obsoletas y espiritualmente antinómicas en relación con la iniciación humanista que no seconfunde ya con la cristianización. Y los títulos recargados e hiperbólicos, los decorados tradicionales, las espadas y otros símbolos de muerte al estilo antiguo, son solamente evocaciones históricas de la revolucionada época en la que una “nobleza” elitista se apoyaba en las armas, se autoproclamaba como valor hereditario.

Ahora bien, la francmasonería moderna es, ante todo, una corriente de reflexión ética y pragmática sobre los problemas planteados a la humanidad actual.

Así podemos considerar que las logias liberales se encuentran en un cruce de caminos: o bien que su maravillosa masonería se disuelva en reflejos lúdicos, mistificaciones, imposturas y engaños sectarios, o bien optan por la difícil vía de la rectitud y la autenticidad de la iniciación humanista.

Léon Nisand

2 Comentarios

  1. Del post de hoy ..denso pero muy bueno ..y que volveré a releer ..
    Hay dos párrafos, “Sin embargo, a fuerza de exaltar la libertad de elección, una corriente espiritual corre el riesgo de desvirtuar su identidad. Es por eso por lo que la masonería termina rompiéndose en un polvo de grupúsculos en busca de definiciones más exactas para unos o para otros…
    En la actualidad, los ideales, para ser válidos y atractivos, deben definirse claramente. El oportunismo está mal visto y no se puede ya reagrupar, a cualquier precio, unos sistemas de pensamiento y sus contrarios con el único fin de permanecer nominalmente presente en todos los casos.” que creo que describen muy bien vicios de hoy día en la Sociedad general .. de los que no están esentas las propias Logias .. Se desvirtua la esencia en , la identidad por querer acercar el ascua a la sardina de cada grupúsculo y su pensamiento, su egoísmo y su …en cierto modo…desprecio de la esencia Masónica del trabajo común por ese egoísmo o egocentrismo…y cada uno va a fundar su ..finca particular a su manera .
    Y el oportunismo…hoy día, creo yo, la gente se arrima más a La Masonería por fardar de serlo y a ver qué puede sacar de ello, la Leyenda del poder omnímodo en la sombra…y arrimarse por esto, trae todo lo otro …su desvirtuamiento…porque en el fondo no importa lo esencial. La Masonería y su, duro, Camino y Trabajo ..

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  2. Buen artículo. Gracias.

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