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Muy a pesar del pensamiento del pastor Anderson, ampliamente extendido, de que la masonería y la política son caminos que no deben entrecruzarse algunos pensamos, contrariamente, que dada la formación que se obtiene por la pertenencia a la francmasonería (recordemos por ejemplo al profesor Álvarez Lázaro y su trabajo «La Masonería, escuela de formación del ciudadano«) es una obligación adoptar una posición activa ante las cuestiones que se dirimen en el ámbito sociopolítico en cada momento, fundamentalmente porque los francmasones no somos personas ajenas a nuestro entorno social que, además, nos interesa en tanto que como miembros de esa sociedad nos afecta.

Con independencia de la forma en que cada francmasona o francmasón afronte el día a día de su implicación en la vida social y/o política es evidente que existe un momento en el que su implicación debe ser activa y es cuando se produce el hecho electoral. No es objeto del presente post indicar a quien se debe votar, cada persona es libre de hacerlo en función de sus personales ideas, pero sí a quien no debería votar quien se forma en una manera muy concreta de entender la existencia.

Parece evidente que quienes comenzamos y finalizamos nuestros trabajos con el conocido lema republicano, masonizado en el ámbito de la masonería liberal, «Libertad, Igualdad, Fraternidad» creemos en unos principios que deberían llevarnos, forzosamente y por pura coherencia, a negar nuestro apoyo a cualquier formación  que ponga en cuestión cualquiera de los reconocidos Derechos Humanos así como algunas nuevas realidades que, aunque no recogidas de forma explícita en ellos, se van imponiendo por la presión social. Partiendo de esta base mínima la posibilidad de elección para los miembros de la francmasonería se reduce de una manera importante ya que de un solo plumazo elimina una serie no pequeña de posibles receptores del voto masón por el simple hecho de que o bien se declaran abiertamente beligerantes en cuestiones que afectan a los ya citados Derechos Humanos o bien se muestran tibios en la defensa de postulados claramente humanistas y que afectan de un modo importante a la convivencia social entre diferentes aunque no por ello desiguales.

Es evidente que en estos momentos en España, y por cuestiones cuyo análisis rebasarían el objeto del presente post, existen partidos que por su aceptación estratégica de postulados claramente homófobos, machistas y antidemocráticos deben ser vetados desde los postulados que defiende la masonería liberal, deberían serlo por cualquier demócrata. Seguramente en otros países de nuestro propio entorno partidos ideológicamente próximos se habrían cuidado mucho de unir sus destinos a fuerzas que suponen un peligro real de involución y de regreso a los más negros días de la historia europea.

Así pues debemos concluir que las francmasonas y los francmasones no solo no deben mostrarse ajenos a la política si no que, muy al contrario, deben  trabajar de forma activa para evitar que determinadas formaciones políticas tengan la posibilidad de acceder al poder político. Es más, pensamos que deberían trabajar en pro de la ilegalización de toda organización política que lleve en su ideario cualquier forma de menoscabo de ese pacto mínimo de convivencia que es la Carta de los Derechos Humanos.

 

 

4 Comentarios

  1. Si entendemos como propósitos de la Masonería la auto construcción personal como piedra pulida que pueda servir para construir la catedral de la Humanidad fraternalmente unida, bajo los sagrados principios de Libertad, igualdad y Fraternidad. Estamos entendiendo que el hecho masónico no trata de la perfección de un bello ritual de floridas vueltas a las columnas y, mucho menos, de la creencia en un GADU que nos salve, de no sabemos qué, después de muertos. Sino en iniciar un camino para ser mejores personas con el objeto de influir y dar ejemplo en nuestro entorno construyendo, así, una mejor Humanidad (sin recompensas posmorten porque nadie vendrá a salvarnos por ello).

    Es por ello que la auto construcción como ciudadano político es fundamental. Debemos participar, influir, dirigir en nuestra sociedad (cada uno/a dentro del radio de acción e influencia de su compás) tanto si ocupamos el puesto de ciudadanos representados democráticamente, como si somos ciudadanos representantes políticos. Como masones/as debemos hacer sociedad, hacer política, hacer democracia….construir fraternidad y todo bajo una ley universal que será nuestra Constitución fundamental: la Declaración de los Derechos Humanos; y sobre unos principios que marcarán nuestro hacer y nuestro camino:Libertad, Igualdad y Fraternidad.

    Dicho ésto: repasad las acciones pasadas de los partidos políticos que se presentan en estas elecciones y calibrar quién se aproxima más a nuestros objetivos de constructores de Humanidad…y votadlos

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  2. Este trazado refleja lo que muchos pensamos e invita a reflexionar a quienes aún no lo tienen tan claro. Es un deber un masónico el hacer uso del sufragio universal, no puede ser de otra manera, pues aunque se puede entender la postura de quien no tiene claro a quien dirigir su voto, esto no debe ser óbice para expresar en las urnas a quien NO se lo quiere dar. Obviamente un masón ya sabe, y conoce perfectamente a las formaciones y partidos que existen en la actualidad y sobretodo a aquellos que atacan sistemáticamente al progreso y a las libertades. Son viejos conocidos. Son los polluelos de aquellas águilas, han crecido, y tienen hambre. Yo se perfectamente a quien NO voy a votar. Es mi responsabilidad. Es nuestra responsabilidad. Pensad en ello. No os hagáis cómplices de lo peor con vuestra indiferencia.

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  3. Tengo unas inquietudes. Si la Masoneria ha hecho análisis , enseñanza y acción sobre temas contingentes a través de la historia y entendiendo que esta fraternidad con poder comprobable y explícito, promueve la igualdad y libertad teniendo siempre la intención, en su discurso, de resguardar aquello que amenace los derechos fundamentales que son en acuerdo universal los DDHH y que en su artículo 3 trata del derecho más importante, el derecho a la vida (en lo personal considero extraño que sea el 3ro dado que los dos primeros no existen sin él) y hablan de politica y otros temas ¿por qué no veo esa esa energía transformadora y esperanzadora y solo encuentro discurso e indiferencia frente a la extinción masiva que estamos provocando sin hacer, a altos niveles a los que tienen alcance, nada? ¿Dejaron de pensar en un futuro y bajaron los brazos o calleron en las manos del poder?

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    • Quizás es que a pesar de la leyenda no tenemos más poder que el de la palabra y aunque si compartimos sus preocupaciones poco más que denunciarlas nos cabe

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