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La masonería de Le Droit Humain tiene, desde mi punto de vista, una característica sobre la que no se suele poner excesivo énfasis  y que junto a la mixidad y el internacionalismo serían las que marcan su carácter de una manera clara que la hace distinta y con un poderoso atractivo en cualquier momento de la historia.

Me refiero a su vocación de vanguardia que va incluso más allá del concepto de modernidad, nada que ver con la historia de los «antiguos» y «modernos» del siglo XVIII. Hablo de su posición de adelantada en la manera de entender en cada momento por donde debe discurrir el trabajo masónico en función de las exigencias de la sociedad en la que vive en cada momento .

Es precisamente esa idea de vanguardia, de avanzadilla, de estar con la sociedad de nuestro tiempo e incluso la de ir por delante, la que queremos transmitir a la sociedad. Una sociedad de la que queremos formar parte, de hecho no somos ajenos a ella porque en ella vivimos de manera cotidiana, con el fin de trasladar, en la medida en la que cada cual quiera incorporarlos -o no- de una manera libre, aquellos valores en los que creemos que, además de los ya señalados la mixidad o el internacionalismo, se funden en el crisol en el que el librepensamiento, el humanismo y nuestro carácter iniciático -inherente a toda organización masónica- producen un ser humano comprometido con unos valores nacidos en el siglo de las luces, y con la necesidad de ser cuidados con mimo y permanentemente por su carácter delicado y proclives a desaparecer.

Representamos una masonería que se distingue precisamente por hacer su camino rompiendo moldes, partiendo de la tradición pero sin que ésta suponga un freno en el desarrollo de las personas. Quedándonos con lo mejor de nuestra historia y dejando en el estante de las cosas queridas, pero inútiles ya, aquellas que pueden enfrentarse con las necesidades de una sociedad viva y en continua transformación.

 Fue en el principio la incorporación de la mujer a los trabajos masónicos en igualdad de condiciones con los hombres y lo es ahora, como entonces pero de una manera cada vez más preponderante, con la práctica de un internacionalismo enriquecedor en el que se funden culturas dispares y diferentes maneras de entender y vivir la masonería.

 Nuestros principios, por el hecho de ser precisamente eso, basamento en el que se sustenta nuestro edificio, están por encima de la pretendida libertad de las logias para hacer o deshacer en función de una determinada moda o querencia, que puede modificarse con el paso del tiempo o el recambio generacional de sus miembros.

 No entendemos, aunque por supuesto respetamos, la separación de los seres humanos en función del sexo porque admitida ésta se puede admitir cualquier otro tipo de discriminación: conocimientos, posición económica, clase social, raza ….. la lista como todos sabemos puede ser todo lo interminable que la innata capacidad del ser humano para separar pueda imaginar.

Dicho todo lo anterior creo que se justifica sobradamente el título de este post que no pretende sentar ninguna cátedra pero sí abrir una reflexión acerca de cual debe ser el papel que cada cual quiere asumir en este siglo dentro del ámbito de la masonería. Le Droit Humain hizo una elección difícil en el momento de su nacimiento, quienes trabajamos en sus columnas tenemos la obligación mantener vivo aquel espíritu con el que nacimos y que nos recuerdan los dos primeros artículos  de nuestra Constitución internacional:

Artículo 1º
La Orden Masónica Mixta Internacional LE DROIT HUMAIN (EL DERECHO HUMANO) afirma la igualdad del hombre y la mujer.
Al proclamar LE DROIT HUMAIN (EL DERECHO HUMANO), la Orden aspira a que hombres y mujeres puedan lograr, en plano de igualdad, la justicia social en toda la tierra en una humanidad fraternalmente organizada

Artículo 2º
Compuesta por francmasones, hombres y mujeres unidos fraternalmente, sin distinción por razones sociales, étnicas, filosóficas o religiosas, la Orden utiliza para llegar a este fin, un método ritual y simbólico, gracias al cual sus miembros edifican su templo al progreso y al perfeccionamiento de la humanidad

5 Comentarios

  1. Excelente artículo. Vocación de vanguardia, en todos los campos y en todas las áreas.

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  2. Que de veces mencionamos el art. 2 y que de veces nos líamos a cuenta de para qué trabajamos en masonería. TAF. Ricardo.

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  3. La Masonería de Vanguardia debería ser aquella que rescata y recoje la tradición masónica, respeta los ritos y rituales y promueve la verdadera practica de una fraternidad justa y necesaria en los logias.
    El Internacionalismo está referido solo a la subordinación de nombre, ya que los masones hacen y deshacen en sus logias, se pelean, se comen vivos, gana el más sinverguenza…y se alejan los que comprenden que esa no es la Masoneria que queremos para la posteridad como una disciplina para la perfección de la humanidad.
    Los Derechos Humanos no se aplican, solo en sentido contrario, y se practica la intolerancia y el chisme barato desde arriba hasta abajo.

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  4. A Liberata FdC: ninguna de las miserias cotidianas contra las q debemos pelear en cada momento, impide la voluntad internacionalista q , a pesar de los fracturadores cotidianos, se consigue construir. Mi experiencia von hermanos de otro país, han sido sumamente satisfactorias. Y nada puede evitar q esas sensaciones se impongan sobre los vendedores de fracciones.

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  5. Repensando el artículo y los comentarios me sorprenden las diferentes visiones sobre esto que llamamos Francmasoneria. ¿Cual es la razón de acercarse y solicitar el ingreso? A mi juicio, pero seguro que estoy equivocado, solamente la búsqueda del propio Centro debiera ser la razón. La FM es un camino personal, en grupo fraterno, hacia la plena autoemancipacion de toda tutela, es decir la Auténtica Libertad. El DH ofrece ademas del internacionalismo y la mixticidad otro sendero íntimo, sustancial, la progresión «iniciática», ello hace del DH una Orden. Por tanto es un espacio jerárquico. Conozco bastantes hermanos y hermanos que quizás encontrarían sosiego ingresando en Obediencias diversas.
    Los conflictos reales que Liberata describe obedecen a un profundo desconocimiento de esta naturaleza. El debate y el conflicto derivado se fundamenta en un desconocimiento de la naturaleza del DH.
    Fraternalmente.
    Fernando

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