del Blog: Pensamiento masónico
Comment une femme ayant frappé à la porte de l’Obédience mixte du droit Humain, il y a plusieurs années, voit-elle son histoire et celle des femmes et des hommes dans ce cadre ? Les Femmes et la Franc-Maçonnerie. Des Lumières à nos jours. XXe et XXIe siècles. La Pensée et les Hommes, 2012, pp. 375-377
Desde la creación de la primera Logia mixta fundada por María Deraismes y Georges Martin en la última década del siglo XIX, orientada hacia la búsqueda de la igualdad social y de la defensa de la mujer y de la infancia, las condiciones sociales han cambiado. La familia, la toma de conciencia de la pareja ha evolucionado. La mixidad se ha convertido en algo habitual en las empresas, laboratorios, escuelas, colegios, los institutos, etc.
Si está correctamente vivida; si los hombres y las mujeres la respetan, pueden querer buscar en la mixidad el sentido de la vida humana, progresando en la investigación del sentido de su existencia en un espacio de pensamiento laico.
Un profano o una profana que llama a la puerta de una Obediencia mixta concibe la mixidad como una evidencia: en su vida, en su trayectoria masónica. La mixidad parece algo sencillo y coherente.
Las mujeres y los hombres que escogen una Obediencia mixta no perciben ninguna dificultad para ser iniciados juntos. La iniciación propuesta no separa al hombre de la mujer. Por tanto, ser francmasón o francmasona en una Logia mixta inaugura una toma de conciencia de la complejidad, de la ambivalencia y de la ambigüedad de esta situación. La mixidad, que creíamos simple y evidente frente a un camino masónico que se presenta arduo, toma poco a poco más importancia.
Entre hermano y hermana cada uno se revela como más hombre o más mujer. Nuestro trabajo, que trasciende los sexos, nos obliga a mirar de otra manera, sobre uno mismo, sobre los otros y también sobre el mundo.
Al principio, es una masonería por construir en un mixidad evidente, pero poco a poco se convierte en un camino especulativo y simbólico que se organiza en una mixidad en la cual se descubre que no hay nada evidente, que todavía hay que construirla.
No es suficiente declarar la igualdad del hombre y de la mujer para que sea un hecho incontestable, sobre todo en un sitio cerrado como es una logia masónica. El pensamiento binario es el fondo del espíritu humano, ninguna sociedad, ningún lenguaje se escapa de él.
La hermana, el hermano francmasón, no deben reducirse al pensamiento binario. Se comprometan a tomar conciencia de la complejidad de este hecho, de la necesidad de comprenderlo o de admitir que no lo comprendemos.
El trabajo masónico está orientado hacia el progreso de la humanidad, para lo cual es necesaria una mirada lúcida, eficazmente activa sobre la sociedad y sus grandes interrogantes. En este espacio, la igualdad entre hombres y mujeres que plantea estructuralmente la democracia, no significa una similitud indiferenciada dentro de la conciencia individual o en la acción social. Sin embargo, puede ser alrededor de esta referencia social, que es menos ardua de elaborar, donde encontremos el consenso de una mixidad abierta. Porque la reflexión común, cada uno en su Logia, ligada hacia el exterior de un mismo, puede encontrar puntos de anclaje presumiblemente menos arriesgados para si, para su fragilidad y sus dudas.
El método masónico se fundamenta sobre una reflexión simbólica con la ayuda de las herramientas, consideradas estas en su aspecto concreto y en su reinterpretación metafórica: escuadra, compás, sol, luna, espadas, etc. Objetos masculinos y femeninos a los cuales sería vano atribuir un valor simbólicamente sexuado, porque la masonería es universal y sobrepasa las diferencias lingüísticas de atribución de un género gramatical.
No obstante, ¿la mirada que los hermanos y las hermanas de una misma Logia tienen sobre estos diferentes objetos es idéntica? ¿La resonancia del contenido simbólico es la misma en cada uno de ellos frente a su subconsciente y a sus arquetipos de hombre y de mujer? Es una pregunta fundamental a la cual nadie se puede sustraer en Logia bajo el pretexto de un igualitarismo falsamente consensuado.
La investigación de la búsqueda de sí mismo se enraíza en la indagación del yo, en la construcción de su Templo interior gracias a un trabajo simbólico conducido a través de una franca colaboración con otros masones.
Es un proyecto de lucidez personal pero también de desvelo sin máscara, de libre palabra y de sinceridad. Tal empeño revela nuestro ego más profundo. No se tratar de ir a la Logia para tratar nuestros problemas mentales o existenciales como en el territorio psicoanalítico No obstante esta nueva mirada que supone el trabajo en mixidad, induce una conciencia en si misma de la parte femenina y masculina de cada uno. Supone el equilibrio en un juego delicado pero también difícil frente al espejo al cual nos invita la iniciación.
La interrogación masónica es una liberación progresiva frente a nuestras barreras cotidianas, la conquista de una nueva libertad con el objetivo de realizar la unión de los dos polos de nuestra personalidad, la complementariedad del yo, del si mismo y de los otros. Con esta condición imprescindible la Masonería toma todo su sentido.
La Logia masónica es o debería ser, un laboratorio del Progreso humano y de la Humanidad fuera de todo sexismo, de toda misoginia cerrada sobre sus prerrogativas milenarias, fuera de todo feminismo radical.
La masonería mixta se abre sobre otro mundo en una Masonería donde todos los componentes están convencidos, como decía Condorcet: “Entre los progresos del espíritu humano, el más importante para el bienestar general es contar con la entera destrucción de los prejuicios que se han establecido entre los sexos, una divergencia de derechos que promueve la desigualdad…Desigualdad que no tiene otro origen que el abuso del poder…”[3].
Bordeaux,17-19 juin 2010
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[2] Marie Françoise PASSINI est membre du Suprême Conseil de l’Ordre maçonnique mixte international LE DROIT HUMAIN.
[3] “Parmi les progrès de l’esprit humain, les plus importants pour le bonheur général, nous devons compter l’entière destruction des préjugés qui ont établi entre les sexes une inégalité de droits funeste à celui même qu’elle favorise… Inégalité qui n’a pas eu d’autre origine que l’abus de la force…“, Condorcet, in Benoîte GROULT, Le féminisme au masculin, Grasset, 2010, pp. 57-73. Traducción de la autora revisada por Antonio Ceruelo.
Para lograr una verdadera Unidad, cada una de las piedras debemos conocer, aceptar y asumir nuestra funcion dentro de esta construccion. Reconociendo el valor igual de cada una (de cada piedra) cada una con su esencia, y siendo complemento de las demas….aun siendo diferentes, Importantisimo aceptar que si somos diferentes y que aun con esas diferencias somos UNO, pues esas diferencias solo son en «las formas».