La masonería es un fenómeno que crece en Asturias paralelamente al desencanto generalizado hacia partidos y sindicatos y asociaciones de corte convencional. No son una secta secreta. No ocultan su rostro tras un capirote, no conspiran. No hacen ritos satánicos. No son los dueños del poder a la sombra. Nada de ello dicen hacer los masones (los albañiles) o francmasones (albañiles libres), que viene a ser lo mismo. Y es que durante siglos, los del mazo y el cincel han sido perseguidos, etiquetados y temidos por gobiernos de todo tipo y ese sello histórico les ha hecho ser discretos y casi semiclandestinos aunque, poco a poco, aseguran, se van quitando de encima la pesada leyenda negra que les persiguió.
Así comienza un reportaje sobre la masonería en Asturias publicado el pasado viernes en el digital Asturias24 que se puede leer completo en este enlace
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