En 1893, Maria Deraismes y George Martin constituyeron, en París, junto con otras mujeres, nuestra Orden, Le Droit Humain, con el objetivo de rehabilitar a la mujer su condición de sujeto masónico en igualdad con el hombre.Veintitrés años antes, Maria Deraismes había creado “L`Association pour le Droit des Femmes” para luchar por los derechos civiles de las mujeres y por la educación de las jóvenes.

Sus artículos y conferencias recuerdan constantemente que la inferioridad (palabra sustituida hoy día por la de desigualdad) de las mujeres no es un hecho natural ni biológico, es una invención humana, una ficción social.

Otra mujer masona, en este caso española, Rosario de Acuña, escribió un artículo a finales de 1887 en “Las Dominicales del Libre Pensamiento” titulado: “A las mujeres del siglo XIX”. Permitidme entresacar algunas de aquellas palabras:

“Vosotras Hermanas que con la valentía propia de quien no teme a nada, más que a su conciencia y ésta se inspira en el más puro amor a la Humanidad,….que lleváis en vuestro cerebro el resplandor de la futura Sociedad y que habéis levantado la bandera de la rebelión,….acudid, en compacta muchedumbre a uniros con vuestras féminas voces al grito de LIBERTAD,… La Humanidad tiene el derecho a vuestro trabajo y el deber de remunerároslo. En esta España de los grandes hombres llenos de ambiciones pequeñas, hermanas mías venid con vuestro pensamiento a contribuir a la gran obra de la redención de la mujer. Luchemos en el seno de nuestra Sociedad, abriendo camino a la victoria para nuestras descendientes, con toda la alteza de nuestras inteligencias para que el siglo XIX se reconozca como el siglo de la emancipación de la mujer.

Así hablaban las librepensadoras en el siglo XIX.

Con otro lenguaje, en el siglo XX continuamos soñando en vivir en el siglo de la Igualdad Real y seguimos uniendo nuestras voces, en los 8 de Marzo, con nuestras reivindicaciones y, también, celebrando nuestras conquistas.

Hoy, en 2014, los y las librepensadores estaremos presentes en la Manifestación del 8M, defendiendo los Derechos de Libertad e Igualdad con nuestra Fraternidad, para las mujeres de nuestro país y para las mujeres del mundo.

Recordando nuestro posicionamiento con la libertad de la mujer a decidir y con la defensa del interés general de la mayoría de la ciudadanía, apoyando la Ley vigente de interrupción Voluntaria del Embarazo.

Recordando, también, que en los primeros lustros del siglo XXI, debemos seguir trabajando, como las librepensadoras del XIX, para que:

• La Igualdad legal llegue, aún, a muchas mujeres del mundo,

• La Igualdad de Oportunidades llegue a todas las mujeres del mundo,

• El reconocimiento a la Diferencia sea incorporado en los valores de la Sociedad para evitar engaños y retrocesos en nuestros derechos colectivos.

Haciendo nuestros los mensajes de la O.I.T. en su reivindicación por una globalización equitativa para los trabajadores y trabajadoras del mundo, exigiendo a sus gobiernos una Agenda política en defensa del trabajo decente. Trabajo decente basado en: el empleo, la protección social y los derechos del trabajo para hacer frente a la desigualdad y a la creciente pobreza producida por la ambición desmedida de los poderosos del poder económico, y de los necios que trabajan para ellos. Y,

Denunciando una reforma laboral que ha conseguido que en España haya 2,8 millones de mujeres en paro y las que tienen trabajo, muchas de ellas, con trabajo a tiempo parcial, precario y con un salario medio de 719 euros. En la España de hoy una mujer tiene que trabajar 84 días más para alcanzar el mismo salario anual que el hombre. Su desempleo es más bajo y su pensión también por esta diferencia salarial del 23%.

El próximo 8M, en la calle, trabajando por el Progreso de la Humanidad.

He dicho.

Matilde Fernández Sanz.