Cuando repasamos el calendario y la larga lista de “DÍAS DE…” que lo salpican como un santoral entre maléfico y laico,… no sabemos si celebrar el hecho de que cada día tenga una intención y sirva de recordatorio para contribuir a que en todo el mundo, se cumplan los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y sensibilizar al público acerca de temas políticos, sociales, culturales, humanitarios, o, por el contrario, rebelarnos contra lo que año tras año no es sino la consolidación de las desigualdades.
El rosario de “DÍAS DE…” pertenece a la miserable tramoya edulcorada que consuela reivindicaciones, al mismo tiempo que consolida injusticias. Es como un oportuno carnaval que rebaja la tensión de la sociedad para que el miércoles de ceniza nos devuelva al infierno.
Si después de 150 años aun estamos hablando del día de la Mujer Trabajadora, algo ha funcionado mal. Si después de cientos de libros de filosofía, conferencias, después de las experiencias y el sacrificio de miles de mujeres (y,… también hombres), aún tenemos que reivindicar que la mujer forma parte de la vida,… aviados estamos. Si todavía nos devanamos los sesos para encontrar un lenguaje no sexista y políticamente correcto, alterando con ello la gramática y la lógica del idioma,… mal camino llevamos.
Mal estamos si sigue causando impresión que una mujer llegue a un puesto de responsabilidad y se siga hablando de “la primera mujer que hace esto o lo otro”. Cada vez que de un profesional se dice como cualidad que “ES MUJER” se está ofendiendo, primero a la propia mujer y después al género humano en su conjunto.
Y esto que, en las proximidades del día 8 de marzo, nos lleva al eterno tema del feminismo de uno u otro signo, también es cierto para los otros 364 días,… el 22 de marzo es el día internacional del agua y,… venga,… todos a la calle,…para reivindicar que el agua debe ser un bien público y que someterlo a las leyes del mercado y el beneficio privado es un latrocinio perverso. Por no hablar que el 20 de noviembre es el día internacional del niño que por un lado nos abre una sonrisa y por otro nos atormenta en el rostro de un niño soldado.
Qué pasaría si un día, así porque sí,… arrancáramos los 365 “DÍAS DE” del calendario y dejáramos un hermoso espacio en blanco en donde dibujar, escribir y soñar que el agua es libre y pública, que la energía no pertenece al mercado y ser hombre o mujer es un mero accidente morfológico. Que unos y otros construyen en libertad e igualdad y fraternidad el eterno templo al progreso de la humanidad. ¿Eh?,… ¿Te animas?
FDO.: Con todo respeto y cariño hacia las mujeres trabajadoras con quienes comparto mi trabajo, mi descanso, mis vigilias y mis sueños.
R.·. L.·. Cab.·. de la Noche.
Estupenda reflexion, si un dia llegamos a vernos todos como personas he identificandonos con los demas seria un gran avance, y con el escrito de tus ultimas lineas…»extasis de la humanidad».