Cuando Machado caracterizó a las dos Españas corría el año 1912 y quedaba aun lejos la Guerra Civil. El poeta sevillano que cantó en los Campos de Castilla recogía en sus versos la herencia del siglo XIX. Tres guerras entre Borbones dejaron las arcas del estado vacías, los campos empapados en sangre y al progreso alejándose de un país nostálgico de pasados esplendores. Un siglo de crueldades. “Una España que muere y otra que bosteza”, y en ese transito, intentos, por un lado, para que nuevas ideas cruzaran los pirineos y por el otro para que volvieran los diezmos, los mayorazgos y la inquisición. Constitución si,… constitución no,…. camarillas,…. regencias,… desamortizaciones,… pronunciamientos. El ritmo de los tiempos parecía dejar de lado a nuestro país y la plata americana ya no costeaba las veleidades de un imperio en ocaso.
En ese caos el librepensamiento soñaba otro modelo de vida,…. otro modelo de estado. Frente a ellos, generales que de día reinaban entre las armas y por la noche se introducían en la cama de las reinas. Obispos de ciudad,… curas rurales. El pulso eterno entre la luz y la oscuridad en su versión española. En esta olla se han cocido las dos españas y no es lo malo que existan dos, sino el hecho de que estén dispuestas a helar el corazón a sus habitantes. Corto se quedó el poeta porque además del hielo simbólico fue la tierra real de las fosas desconocidas las que una de las españas lanzó sobre la otra cuando el último general del siglo XIX se convirtió en el primer genocida del XX.
Andando el tiempo, que nunca descansa, del genocida volvemos a los Borbones. La realeza comparte el papel cuché con toreros y tonadilleras, para disfrute de peluquerías, consultas medicas y programas del corazón. Los tópicos se repiten y se consolidan mientras las ideas se hielan en slogans.
La unidad del estado, la consolidación de la democracia,… una transición ejemplar,… garantía de la convivencia,…. Una retahíla de lugares comunes y frases hechas que conforman la opinión de las mayorías que delegan su voluntad y su libertad en neo-decimonónicos personajes que se consideran tocados por el dedo de dios.
Mientras la otra España, heredera de la libertad de pensamiento, recapacita desde la historia y desde la naturaleza humana sobre el derecho a elegir, sobre la legitimidad de la explotación, sobre el hombre y los mercados, sobre el modelo de estado, ……..
En los límites del templo masónico nos hacemos expertos en caminar sobre el ajedrezado y no nos asusta la existencia de los opuestos. Representa una tensión necesaria para la acción que, sin embrago, es pésimamente gestionada por nuestros gobernantes que esparcen el miedo para hacerles el juego a los explotadores de siempre. El miedo sobre el ajedrezado transforma la fuerza de los opuestos en un gris vulgar, ceniciento y atenazante. Es la herencia del genocida que convierte en erial la cosecha de la democracia.
Una buena parte de la sociedad española quiere algo nuevo de la misma forma que una buena parte de la humanidad no esta de acuerdo con la gestión del planeta, con la explotación de sus recursos y el reparto de sus beneficios.
Algo nuevo se atisba en España, en Europa y en el mundo y esa novedad no puede venir de la repetición de modelos desgastados. Deberá venir del ejercicio de la soberanía popular que es la única monarquía admisible. La libertad de los españoles, sin miedo y sin ataduras, es la energía capaz de producir convivencia a partir del contraste de las dos españas que, lejos de ser un motivo de contienda lo son de garantía de libertad
……………………………………………………
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
………………………………………………….
Mas otra España nace,
Eoceno
0 comentarios