Françoise Leclercq Bolle de Bal escribió hace ya unos años 1:
«Llamé a la puerta del Templo, inicialmente, por una cuestión de compromiso filosófico y laico. Poco a poco descubrí otro mundo, el del simbolismo, del esoterismo, del trabajo iniciático. Un descubrimiento casi «amoroso» … «.
Bolle de Bal pone, en mi modesta opinión, el dedo en la llaga y viene a explicar meridianamente el resultado final de nuestra estancia en masonería si somos capaces de trascender de lo exotérico y dar un paso más allá hacia la realidad en la que se mueve la masonería. La verdad es que, pienso yo, si no somos capaces de dar ese paso no seremos capaces entender en toda su magnitud el profundo sentido del trabajo de construcción que tratamos de llevar a cabo.
Es evidente que a la masonería cada cual se acerca desde planteamientos personales que tiene su origen más en una idealización «pro domo sua» de la Orden que en una realidad porque, fundamentalmente, es difícil conocer algo que más que explicado debe ser vivido. Así, resulta que el camino hacia la comprensión de la realidad iniciática se convierte en algo duro y fatigoso, pues exige como primer paso deshacerse de juicios previos –prejuicios– sobre cuestiones íntimamente ligadas con el viaje que comenzamos en el momento en que somos iniciados en masonería.
Es muy posible que este tipo de problemas no se de en otras comunidades iniciáticas en las que los adeptos son proclives a aceptar de primera mano las cuestiones por las que discurren las sendas de esas sociedades. Por el contrario, en masonería es fácil encontrar a personas que -como en el caso del Hermano Bolle de Bal- aparecen inicialmente muy alejadas del espíritu que anima a cualquier sociedad iniciática por muy librepensadora que nos parezca desde fuera su filosofía. La cuestión iniciática y el trabajo con materiales simbólicos y por tanto abstractos acaba, debería hacerlo al menos, dirigiendo sus pasos hacia cuestiones poco o nada ligadas con la razón porque desde ésta resulta muy complicado, por no decir imposible, entender determinadas cuestiones a las que quien está en este camino se enfrenta de manera cotidiana.
Vuelve a decir Bolle de Bal algo más adelante en el artículo al que me he referido:
«Eterno Aprendiz, eterno Compañero viajero (visitante de gran número de Logias), Maestro en perpetuo proceso de gestación, exploro insaciable todos los senderos de esta Carte du Tendre, pero sobre todo, para nosotros, Carte de la Quête, que representa al menos para mi la iniciación a los misterios y encantos de mi amada, la Franc-masonería«.
Quizás en este párrafo, en su final, se encuentre la clave de todo esto, la cuestión fundamental que debe animar a quien realmente sea, la pasión. Enfrentarse a la particular y personal construcción del Templo de la humanidad, aquel que en realidad se encuentra en el interior de cada cual, debe hacerse desde la pasión y el amor o no será posible.
Bolle de Bal, Fraçoise Leclercq, Paroles d’amour, paroles sur l’amour d’un sociologue initié. Morceau d’Architecture buriné pour la Respectable Loge La Chaine d’Union à l’Orient de Bruxelles de la Fédération Internationale du Droit Humain, et y présenté le 9 de février 2010. Le maillon nº 112, diciembre 2012.
Siento una profunda identificación con este escrito, al menos en cada uno de los pocos pasos q he dado hasta ahora, muy especialmente con la idea de profundizar en aquello q lo cartesiano no alcanza a explicar. Y agradecería q alguien tradujese « Carte du Tendre, Carte de la Quête» pq lo q he encontrado en el diccionario no me satisface plenamente, sobre todo la Carte du Tendre. Gracias y TAF para todos los hermanos
https://fr.m.wikipedia.org/wiki/Carte_de_Tendre