¿Es posible un nuevo modelo de sociedad? Nadie puede negar que tras las primeras muestras de pánico las aguas han vuelto al cauce de siempre, lo que algunos denominan ortodoxia económica, como si no fuese posible un modelo alternativo y diferente al ofertado por el neoliberalismo que, dejado de la mano de cualquier regulación, termina por producir desastres como los que estamos viviendo y cuyos únicos afectados son los trabajadores y las pequeñas empresas, verdadero sostén del entramado económico de un país.
Parece bastante obvio, a la vista de la crisis económico-financiera en la que todavía nos encontramos inmersos, que aquello que se tenía como ortodoxia inamovible (a veces parece que la economía más que una ciencia -¿lo es realmente?- es una religión) es incapaz de proporcionar recetas que permitan encontrar la senda de un crecimiento razonable y sin sobresaltos y que, en consecuencia, habrá que buscar nuevas fórmulas que nos permitan alcanzar dicha meta.
En tal sentido, parece bastante razonable abandonar el manido, y por cierto caduco por tantas veces repetido y puesto en práctica sin resultados, discurso de la flexibilización del mercado de trabajo, la contención salarial o el cambio en el modelo de protección social vigente en Europa y quizás, ¿sólo quizás?, habrá que comenzar a hablar de un nuevo modelo de sociedad con salarios máximos y mínimos acordes con la realidad socioeconómica en la que nos movemos, acotar las regulaciones de empleo a aquellos casos absolutamente imprescindibles, y nunca a costa del erario público ni por supuesto con la única e inconfesa razón de buscar una sobre-valoración ficticia del valor de las empresas, implementación de políticas fiscales realmente redistributivas, y todas aquellas otras medidas que sean necesarias, y que vayan en la dirección de acortar las diferencias existentes entre las diferentes capas sociales, de tal manera que nos vayamos acercando a la sociedad perfecta que, como seres inteligentes, debemos perseguir.
Es obvio que una acción de este tipo no depende de la voluntad exclusiva del gobierno de una sola nación, ni tan siquiera de un grupo como el formado, por ejemplo, por los países de la Unión Europea. Se trata de poner en práctica un modelo de gobernanza global en el que la extensión de los derechos adquiridos (algunos de los cuales deberán ser recuperados) en las sociedades más avanzadas de Europa a todo el planeta, hagan imposibles prácticas de dumping social y, por tanto, se termine con el chantaje a que son sometidos trabajadores y gobiernos, por las grandes corporaciones transnacionales, con la amenaza de la deslocalización de los centros de producción.
En cualquier caso, y con independencia de las medidas antes apuntadas, parece bastante claro que el modelo de crecimiento actual se haya completamente agotado. La producción de bienes y servicios no puede crecer de manera exponencial y, por ello, habrá que inducir a la sociedad a modificar sus hábitos de consumo; habrá que plantearse, como ya sugería el filósofo Bertrand Rusell en los años treinta, un nuevo modelo de sociedad, la del ocio, en la que dedicando menos horas al trabajo consigamos, de una parte, poder dedicar más tiempo a tareas de enriquecimiento espiritual y, de otra, que exista suficiente trabajo para todos y, por supuesto, con retribuciones salariales suficientes para disfrutar de una calidad de vida aceptable, aunque medida con parámetros diferentes a los utilizados actualmente, basados en el consumo desenfrenado y en la acumulación sin sentido de bienes materiales.
Sin duda, este modelo está en terapia intensiva, se está agotando…
Pienso que los gobiernos como instrumentos de poder de una clase o casta social es lo que se esta agotando.No puede surgir un modelo social justo sin un modelo de relaciones mercantiles justas,que se basen en las necesidades humanas y no en el beneficio o plusvalias.Donde los derechos humanos sea la constitucion universal y sobre los cuales se basen las diferentes constituciones nacionales.Pero,esto no puede surgir con este modelo ni con estos personajes conformados y configurados para el modelo caduco y en vias de extincion,un modelo de destruccion masiva.
hace muchos años me ha llamado la atencion y siempre he adoptado la posibilidad de poder llegar a ser parte de la hermandad. vivo en envigado antioquia y me interesa saber si hay una sede en medellin gracias
Puede Vd. ponerse en contacto con la Federación colombiana en http://www.droithumaincolombia.co/