La fraternidad se fundamenta en la confianza y la sinceridad.
Vivianne Starck, Midi Plein, Introduction à la pensée maçonnique
La fraternidad no es condescendencia, es sin juicio, sin prejuicio, sin halagos.
Vivianne Starck, La copa amarga
Las dos frases anteriores explican, a mi entender de una manera sucinta y clara, lo que es, quizás mejor sería decir lo que debiera ser, la fraternidad ayudando, probablemente, a que nos alejemos del buenismo en el que con tanta frecuencia se cae, del amiguismo con el que se trata de forzar algo que se escapa del propio deseo, la amistad es algo de dos y por tanto no es posible que pueda ser impuesta por una de las partes.
Pienso que la fraternidad no es dar sino dar-se, Vivianne Starck lo expresa así:”La fraternidad no es dar lo que tenemos, es aportar lo que somos, y ver al otro como una parte de uno mismo”. Es mucho más difícil lo segundo porque dar puede ser simplemente desprenderse de lo que sobra, mientras que darse exige otro tipo de comportamiento.
¿Qué decir de la confianza? El breve párrafo del encabezamiento venía a confirmar algo que en mi opinión es fundamental. Pienso, y las palabras de Vivianne Starck me reafirman en ello, que no puede existir fraternidad cuando se pone en tela de juicio una palabra, cuando en esas relaciones que consideramos fraternas, y que se supone se dan en en el entorno masónico, existe un punto de desconfianza por nimio que nos parezca. Cuando la confianza se quiebra se rompe la fraternidad y se debilita la Cadena de Unión.
Dice Vivianne Starck en la segunda de las obras citadas:”La fraternidad se basa en la razón. Para vivirla, es necesario un verdadero esfuerzo de voluntad y un esfuerzo constantemente renovado”.
Ahora bien, si damos por sentado que la frase anterior refleja una realidad que debe ser, aunque quizás debiéramos asumir que no siempre es, sería seguramente importante que nos atuviésemos a una premisa fundamental, la confianza no ha ser ciega, no se trata de practicar la “fe del carbonero”, sino que esta existirá en tanto en cuanto no se demuestre de manera fehaciente y objetiva que hay causa para considerarla rota. Por tanto, “somos hermanos ergo confío”, será una premisa a priori que se mantendrá en tanto en cuanto no haya causa para que deje de ser válida.
Cuidemos la confianza pues sin ella, es mi opinión, la fraternidad no será más que una bella palabra completamente vacía de contenido.
Probablemente no hay frase más desoladora dentro de una logia q « no tengo confianza en… » Nada se puede construir sin la argamasa de la confianza