Traemos hoy una breve reseña del pensamiento de Georges Martin, fundador de Le Droit Humain acerca de la escasa consideración que para el hombre tenía la mujer, desgraciadamente más de cien años después, en muchas cuestiones, la situación sigue siendo la misma o muy parecida. Reflexionemos sobre el importante trabajo que nos queda por hacer para llegar a la meta que él consideraba definitiva: la igualdad de derechos.
De esta reflexión se podrá deducir sin demasiado esfuerzo por donde caminaba su pensamiento masónico reflejado, de alguna manera, en la frase con la que se termina la reseña
Sobre la incomprensión masculina acerca de los derechos de la mujer Georges Martin pensaba lo siguiente[modern_footnote]Traducido de Georges Martin Franc-Maçon de l’Universel, de Marc Grosjean[/modern_footnote]
«En la actualidad, al igual que en el pasado, la francmasonería declara en todo el mundo que su objetivo, teóricamente al menos, es trabajar por el mejoramiento material y moral, y por el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad, pero considera que la humanidad es únicamente el hombre; su lema Libertad, Igualdad, Fraternidad es sólo para el hombre, y su plasmación en 1789, cuando se hizo la revolución, fue la expresada, entre otros, por el Orador de la Logia de Aix-en-Provence, el Hermano Mirabeau en la declaración de «Los Derechos del Hombre y del Ciudadano«.
«Los derechos de las mujeres y las ciudadanas» fueron ignorados, eran desconocidos!
Para la mujer, la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad reclamada por el hombre, no existe, ella es y seguirá siendo un ser inferior».
Georges Martin considera que las revoluciones de 1789, 1830, 1848 o 1870 fueron revoluciones políticas: en tanto que la revolución social permanecía pendiente.
Piensa que los francmasones socialistas, declarados defensores de los trabajadores manuales del Cuarto Estado, deberían plantearse la cuestión de la revolución social de una manera adecuada a los intereses de ambos sexos.
En conclusión, Georges Martin trata de modificar el pensamiento de aquellos y su concienciación al respecto. Él piensa que sin el concurso de la mujer no será posible resolver los graves problemas sociales.
Imagina un futuro en el que se produzca la complementariedad de ambos sexos, reivindicando juntos en los sindicatos, debatiendo unidos en las logias masónicas y nunca en grupos diferentes. Separados, chocarán y competirán económicamente. Georges Martin definió entonces el camino del Derecho Humano: «Hagamos un poco de trabajo filosófico, pero, al tiempo, trabajemos duro, especialmente en temas sociales.«
Labor pendiente en demasiadas ocasiones.