La Franc-masonería (FM) no es una escuela de pensamiento, sino una escuela para pensar. Es una herramienta que nos ayuda a desarrollar nuestro pensamiento
La reflexión individual se convierten en un obra común a través de la construcción. No es la FM por tanto la que inculcará un modo de pensar. Los rituales, símbolos, mitos y leyendas con los que trabaja la FM son herramientas que nos ayudan a construirnos y a armonizar nuestra vida profana.
Aquellos que confunden la FM con una Iglesia, un Partido, una Unión o un Club están en el camino equivocado, a menos que transformen su Logia en una de estas estructuras profanas, pero en este caso sólo tienen la denominación y las apariencias que proporcionan la decoración.
También existe la dimensión espiritual. Me considero un buscador solitario agnóstico como un monje soldado sin Dios. La búsqueda espiritual comienza con la introspección personal. Conozcámonosnos para poder elevarnos. Sin dogma, sin verdad revelada. La duda lleva a la búsqueda de lo opuesto a las certezas de la verdad revelada. Corresponde a cada uno buscar en ese nivel espiritual. Una visión personal que no es ni mejor ni peor que las otras. Debemos mostranos humildes frente a nuestra ignorancia. La espiritualidad es personal. La FM es una de las diferentes herramientas que se pueden utilizar para desarrollarla aunque ella en sí misma no sea una forma de espiritualidad.
Cuando oigo hablar de la espiritualidad masónica me interrogo sobre ello. La Iglesia puede inculcar la espiritualidad a través de sus dogmas. La FM no es una iglesia, al menos no en el REAA. La espiritualidad está en cada uno de nosotros y nos pertenece personalmente. Depende de cada uno desarrollarla en función de la propia personalidad y con las herramientas que hemos adoptado. La FM es una de ellas mediante una búsqueda solitaria y agnóstica que se adapte a las propias necesidades. La espiritualidad masónica no existe en sentido estricto, aunque según en qué grados se puedan encontrar elementos o referencias relacionadas con la religión. Estos tienen una fuerza simbólica que se utilizan como herramientas para avanzar en la propia búsqueda espiritual. Es verdad, que una masona o un masón aunan en su interior la dimensión material y la espiritual. No es menos cierto que hay Hermanas y Hermanos que, por razones personales, no quieren adentrarse en esa dimensión espiritual, se trata de una opción que debe ser respetada.
Mathias Verlaguet
Es hora de ir perdiendo el miedo a la palab a espiritualidad. Especialmente para aquellos q debemos buscarla sin la cobertura de religiones o instituciones q se autocaliifquen como tales.
Perder el miedo a la palabra espiritualidad es un modo de despojarse de un temor. Los ciudadanos españoles han sido tutelados secularmente principal y mayoritariamente, absolutamente, por una única cofradía religiosa. De ello procede el temor.