Que la masonería es una sociedad iniciáiica nadie lo pone en duda, cua es el valor de lo iniciático es otra cuestión que sin la menor duda admite diferentes posibiidades de aproximación a la cuestión.
Desde mi punto de vista y partiendo del hecho de que practico una masonería alejada de dogmas, esta cuestión se ciñe de manera exclusiva a una interpretación íntima y que se mueve en el círculo de las propias creencias, se encuentren estas conectadas con la divinidad, cualquiera que esta sea, o se circunsriban al humanismo sin más. En consecuencia lo que sigue es mi propia y persona interpretación de lo que sería ese «valor de lo iniciático«.
Parto de la base de que la iniciación es algo personal y difícilmente transferible, imposible de llevarlo a cabo me atrevería a decir, del mismo modo que no son transferibles las emociones que nos suscita un cuadro, un paisaje, una música …, cada cual la siente de un manera e incluso no siente absolutamente nada. Al proceso inicático le ocurre exactamente lo mismo, sobre todo una vez traspasado el primer shock de la iniciación masónica, ese momento en el que traspasamos la puerta de entrada en francmasonería y que no es más que la primera de una serie de procesos iniciáticos que iremos viviendo a lo largo de nuestra marcha por el camino de la masonería.
El valor de lo iniciático reside para mi en el compromiso que se va asumiendo en cada una de las diferentes etapas. No es importante lo externo, lo que se ve cuando un evento masónio de especial solemnidad reune a todas las Hermanas y Hermanos revestidos con los atributos del último Grado alcanzado, Maestras y Maestros todas y todos pero con más camino recorrido, nada más pero tampoco nada menos si el camino ha sido realizado conforme a los compromisos que se han ido asumiendo.
No existe desde mi punto de vista otra manera de trasmitir, dentro de la dificutad antes apuntada, la esencia de la masonería más que desde una asunción del compromiso que lleva aparejada la auténtica comprensión del valor de lo iniciático. No es algo que se pueda expresar con palabras pero si que nuestra manera de conducirnos tanto en la vida masónica y profan puede hacer llegar aunque sea de una manera mínima a nuestro entorno.
Muy buena entrada sobre el valor de querer construirse a uno mismo, que es en lo que se basa toda iniciación.
Síntesis muy aclaratoria y verdaderamente pedagógica…Gracias
Compromiso es la palabra clave: asumir aquello q se promete en cada paso como una forma de vida cotidiana. Compromiso con nosotros mismos y con la orden.
A mi juicio, pero seguro que estoy equivocado, la experiencia llamada de la “iniciación” creo que está vinculada a cierta visión repentina de la Unidad, entendiendo esto como una sobrecogedor encuentro entre “la ola y el océano”. El llamado compromiso es aparente porque el “suceso” sucede como una Totalidad plena.