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“ … El ideal del consentimiento sólo tiene sentido en la medida en que los términos en cuestión se entreguen a un significado de forma consensuada. Los términos con significados equívocos serían por tanto una amenaza al ideal de consenso… “

“ …la frontera que produce lo decible al excluir ciertas formas de discurso se convierte en una forma de censura… “

“ … lo que está en cuestión… es la distinción entre una suposición de consenso idealizadora… y otra que todavía ha de ser articulada, desafiando las convenciones que gobiernan nuestras imágenes del futuro… “

(Judith Butler. Lenguaje, Poder e Identidad)

Consentimiento., término que induce a suponer un encuentro humano, encuentro gozoso, aplicable a y extensible a todos los espejos posibles en que ese encuentro se produce dentro de la Humanidad. En la FM también

¿Ha existido consentimiento en FM, entre sus miembros? Yo creo más bien que hablamos de censura en algún caso. Es lo que pretendo exponer.

Estos pensamientos que cito al inicio, de Judith Butler (a quien os invito a conocer en la medida que representa un desafío, o de Beatriz Preciado ) nos acercan al concepto “Perfomativo” (la Palabra como acción, al nombrar, transformas) en nuestros días nos informa del poder del lenguaje, y a nuestras ideas, más o menos convencionales sobre ese poder “tradicional”.

La FM está plena de elementos perfomativos, de hecho desde la misma Recepción en logia, todos caminamos por el filo de ese poder de nombrar y hacer, hasta el punto de ser nuestra búsqueda última algo así como la Palabra perfomativa total. Algunas de estas son directas y evidentes, otras son sutiles, y en si mismo conforman metalenguajes, estructurales, y cuya acción es perfomativa absolutamente.

El GADU es una de esas palabras, cargadas de convenciones. Quizás la mas importante de todas ellas. No podemos imaginar futuro alguno sin referirnos a esta palabra.

Como he relatado en otro artículo ( de la Seda y el Jade ), esta palabra, GADU, apareció en la historia con el fin de superar dualidades, reformados versus católicos, romanos versus gnósticos… etc.. pero debo añadir inmediatamente, como desde el primer momento, esta palabra perfomativa emanaba del substrato sociocultural, sustrato androcéntrico, central/europeo. Masculino por tanto.

Esta es la palabra, GADU, un constructor sociocultural determinado, encontrando su explicación última, en la identidad masculina, entendida esta como la Identidad con mayúsculas… para algunos francmasones, representa el soporte de su trabajo regular, concepción heteronormativa, como tantas y tantas áreas del encuentro humano, contra los que todos los días elevamos nuestras voces y nuestra alegría, ese gay savoir del corazón, y de los cuerpos y sus sentimientos.

Judith Butler nos recuerda “… el concepto histórico y perfomativo del género tiene una relación tensa con la diferencia sexual… y en este sentido la diferencia sexual forma una parte esencial de cualquier explicación a la que el ser humano puede recurrir sobre su origen… “ y yo añado, y a su misterio, el Misterio y el Arte que los “francmasones” guardamos… “Somos los guardianes de un sueño….” Dice el ritual cuando nuestros brazos y miradas se cruzan… alegres y satisfechos al final de la jornada concluida.

Así pues debemos comprender como la identidad masculina, entendida como la Identidad con mayúsculas, es, entre otras, heteronormativa. ¿Como es posible que a la Gloria de esta Norma hemos trabajado? ¿Porque? Porque los seres humanos que se sienten del género del GADU, sienten ese poder de lo masculino como validación del Sistema, que en definitiva se ha transformado la FM.

Cuando Marie Deraismes fue recibida en la logia Los Librepensadores, dijo algo cuya importancia va más allá de la ceremonia puntual… “dejo la puerta entreabierta….” Y en ese gesto anunció un futuro “Deshacer el género”… Ese es el Tesoro que subyace en aquel instante. Deshacer el género, oponiéndonos a la reivindicación de una identidad normativa, heteronormativa.

Quiero concluir con ciertas reflexiones. Para compartir.

La palabra “GADU” es perfomativa. Una herencia androcéntrica, central/europea. Masculina en si misma.

Es patriarcal, y ha creado un bucle con multitud de palabras “filosóficamente correctas” que la sostienen en su crepúsculo, Deismo, Teismo, Inmanente, Transcendente…. Todos ello trampas de un lenguaje que vela un Poder en una Identidad.

Por tanto la palabra “GADU” es residual en el camino de la FM. Su presencia se prolongará cierto tiempo, declinante, sin duda, permitiendo con ello a la identidad masculina, heteronormativa, vivir el rapto de su seguridad, poco a poco, por el progreso humano, hasta la superación definitiva del género como Norma.

8 Comentarios

  1. Me llevas a varias reflexiones.
    A veces es la simplicidad del concepto lo que nos lleva a una comunión, a veces es la multiplicidad de sus facetas las que permite el trabajo conjunto en el terreno.
    Lo que no podemos negar es el poder destructivo y limitador de la palabra, su poder constructivo y liberador, su pertenencia a la no-dualidad que a veces atisbamos.
    ¿Desaparecerá la necesidad del GADU al desaparecer la necesidad de otras palabras como mixticidad?
    ¿Seremos capaces de articular una nueva suposición de consenso?

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    • Exacto. A mi juicio ese es el desafio al mismo tiempo que es nuestra responsabilidad en este momento, abierto al futuro.
      Fraternalmente

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  2. Tienes toda la razón, aunque soy de una obediencia masculina reconozco que no es natural que hombres y mujeres no contribuyan unidos a cualquier obra humana.

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  3. Tienes razon, aunque soy de una obediencia masculina, reconozco que no es natural que hombres y mujeres contribuyan de forma separada a cualquier obra humana.

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  4. Así lo creo. Gadu es una palabra que forma parte del mundo performativo que tratamos de estudiar y de combatir. Se mantiene por respeto al otro, por la simple «politesse». Pero al final lo que importa, además de ese respeto al otro, es nuestro trabajo de comprensión profunda, solitaria y personal, y en ese mundo como tu dices declina el término GADU.

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  5. Me gustaría disentir del sentido profundo de este escrito, más q nada pq temo q estamos comprando mantras y repitiéndolos en todo lugar y situación. Es absolutamente normal q la masonería cuyo nacimiento y desarrollo está íntimamente ligada a Europa y en todo caso a sus colonias, sea antropocéntrica central/europea. Como son antropocéntricas y ligadas a la tradición de sus lugares de origen, las siciedades orientales, islámicas, indias… Nada se abstrae de su origen. El G.A.D.U no es más q una convención para evitar disenso, no tiene más género q los números fractales, q también están en todo el universo y q por ser el número de género gramatical masculino, no lo es más ni menos q la energía, p ej , q también está en todas partes. Del G.A.D.U no surge nada q no queramos q surja y si alguien lo utiluza como garante de felicidad o fraternidad no hay un solo punto heteronormativo q se imponga. De otra parte, quizá se nos esté yendo la mano en lo heteronormativo y ahora pasemos de un extremo a otro: lo hetero es mayoría y reconocer, visibilizar o actualizar las minorías, no significa condenar las mayorías, no vaya a ser q un día no sepamos donde estamos. Ni siquiera mi admirado Bachofen q creía en un tiempo inmemorial de matriacardo, suponía q aquello hubiera sido justo per se. Y como acérrimo seguidor de Marvin Harris, convencido de la influencia de la economía y los elementos de supervivencia en nuestras creencias, creo q los cambios q están ocurriendo, profundizarán en la igualdad de los seres humanos en los lugares desarrollados. Bueno sería q no cambiáramos cna dominación por otra y aplicáramos el pensamiento crítico tb a lo q parece tan atractivo y postmoderno. Un fuerte taf para toda la masonería

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    • Comentario más acertado no se pudo haber creado. No limita, crea, provee y es puntal. La gramática y retorica por contexto propio no tienen genero porque es usado para obedecer reglas mas allá de lo social o de genero. Concuerdo completamente hermano. TAF un saludo desde oriente de México

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  6. Es hermoso el comentario. Hasta donde he podido sentir, las hermanas transgénero Wachowski, Lilly y Lana, presentan al protagonista, Neo, transformado, desde que sabe como Matrix le posee

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