De todos es conocido que la masonería se divide, a grandes rasgos, en dos corrientes principales, la que sigue los dictados de la GLUI (Gran Logia Unida de Inglaterra), exclusivamente teísta y aquella otra evolutiva e innovadora a partir de la tradición. Mientras que la primera, escrupulosamente tradicionalista, se esfuerza por mantener la masonería del siglo XXI aferrada a las creencias de una de las religiones clásicas, otra, la que se nutre del espíritu “latino”, ha devenido en una masonería evolutiva, investigadora, crítica y extra-religiosa. En esa segunda opción se encuentra, desde mi personal punto de vista, Le Droit Humain.
Aún cuando pienso que las características detalladas más adelante son comunes, pienso, a todas las Obediencias liberales, no voy a hablar de la masonería liberal en general sino de lo que atañe a nuestra Orden ya que no se trata, al menos hoy, de hacer un estudio comparado de las diferentes obediencias liberales sino de lo que nos importa como organización específica y claramente diferenciada del resto de estas.
El DH practica una masonería evolutiva, porque a partir del tronco común ha sabido ir adaptándose a las exigencias de la sociedad desde el mismo momento de su nacimiento a finales del siglo XIX. Sin renunciar a la tradición ha sabido realizar un “aggiornamento” para que no se convirtiese en tradicionalismo, ha sabido mantener aquello que era fundamental de nuestra tradición para, a partir de esas bases, generar una nueva masonería con características, como ya he dicho, claramente diferenciadas del resto: convivencia de hombres y mujeres, internacionalismo y una, mayoritariamente, visión del rito, el REAA, con una clara orientación humanista.
Practicamos una masonería investigadora, quizás forzados por nuestra propia dinámica vital , que nos lleva a buscar alternativas humanistas a conceptos cuasi o totalmente religiosos, desde el punto de vista de la religión como pensamiento estructurado y organizado, a partir de bases legendarias comunes a las religiones monoteístas tradicionales en occidente, cristianismo, judaísmo e islamismo.
Creemos en una masonería crítica, a mi entender algo que debiera ser consustancial a cualquier pensamiento masónico puesto que sin crítica no se puede progresar en la búsqueda del conocimiento y es creencia común entre nosotros que esa es, precisamente, una de las razones de la existencia de la masonería.
Obviamente no somos una religión, niniguna corriente masónica lo es aun cuando el concepto provenga, según algunos, del latín religare: unir lo disperso, y en ese trabajo nos hayamos especializado. Por todo ello practicamos una masonería extra-religiosa, tras los presupuestos anteriores no podría ser de otra manera. La religión, la creencia en una divinidad, en la trascendencia, es algo que se escapa al mundo de la razón para adentrarse en terrenos poco dados a la crítica y al razonamiento. Se trata de la FE, eso que como bien dice la propia iglesia católica en sus catecismos es creer en lo que no vemos o no comprendemos, lo que, repito, escapa a la razón y a la propia posibilidad de ser discutido. La religión va ligada al dogma y el dogma es algo ante lo que los creyentes se pliegan, no discuten, no critican. La religión no evoluciona, más bien involuciona y por esa misma razón se entiende como un hecho al margen de la masonería. No se discute, ni se niega, el derecho a practicar una religión o a creer en algo supra-humano, divino, trascendente, pero se considera que se trata de una cuestión íntima y personal.
He dicho
Masonería Mixta Internacional
Impresionante y espectacular artículo, pero por lo sencillo, límpido y claro. Con cuánta sencillez y escasas líneas se pueden establecer los parámetros y guías que mueven a la nueva y remozada Masonería del siglo XXI (y eso que el Derecho Humano es una Orden más que centenaria). De más está decir, querido amigo y Q.·. H.·. Spartacus que robaré descaradamente este artículo para colocarlo en mi blog (si me lo permitís) y para difundirlo, porque resume no sólo a lo que debe aspirar la masonería actual, sino lo que es una verdaera Obediencia bien asentada y establecida, en este caso, el DH. Resume mi sentir e ilustra ampliamente lo mi razón no alcanza a plasmar y/o transmitir adecuadamente a los otros. Resume un ideal que es posible realizar por las personas y la sociedad.
Un TAF
Es muy oportuna volver a traer esta reflexión, con la que me identifico como forma de entender el trabajo del masón.
TAF. Ricardo.