El geómetra debe ser capaz de medir el espacio operativo y de convertirse con mesura en obrero especulativo, adquirir la cultura de las herramientas y el culto del conocimiento, de la evaluación justa al sentido de lo preciso, así como a la rectificación necesaria.
Su campo de acción tiene por límite el mundo, pero por fortuna la masonería le ofrece un campo de experimentación y un lugar de repetición más práctico: la logia.
El Geómetra es más fuerte en razón a la arquitectura de su trabajo aqui y ahora, es decir el sabe que su obra no puede ser llevada más allá de donde se encuentra.
Teniendo en cuenta la longitud del camino, la dureza de su trabajo, así como las mejores condiciones que debe crear para tener éxito.
El arquitecto proyecta y construye su edificio que seguramente les sobrevivirá.
Él piensa mañana, y pasado mañana, que su salario es también su orgullo por haber hecho una obra útil y bella. Habrá construido y transmitido, permitiendo que esta cadena intemporal se prolongue.
Nosotros únicamente hacemos labores de siembra la recolección la hará la generación siguiente.
De El arte de oficiar en logia de Francis Frankeski proxima publicación de la Fundación Maria Deraismes
Masonería Mixta Internacional
Muy bueno.