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«La masonería, en efecto, no puede proponerse ninguno de los fines de los que ya se ocupan notoria y abiertamente cualquiera de los estamentos, instituciones y ordenes existentes en la sociedad humana». Fichte, Cartas a Constant.

Frente a quienes se empecinan en llevar a buen puerto extraños viajes masónicos la lectura de Fichte tiene la utilidad de devolvernos a aquello que ya desde sus inicios se considera el verdadero trabajo masónico. Bien es cierto que el filósofo alemán no nos dice cual deba ser éste, aunque sin la menorcualquier lector medianamente avispado podrá entrever por donde se deben dirigir los pasos.

Creo que es interesante anotar, y dar relevancia, al hecho de que Fichte habla  de la masonería, institución heterogénea donde las haya y cuya misión parece definir a partir de lo que no debe hacer. Puestas así las cosas parece que, siguiendo el razonamiento del filósofo, la masonería tendría un campo de actuación bastante restringido, pero ¿es realmente así?¿lo es también para los masones?

Diagmos antes de seguir que Fichte escribe su tratado de Filosofía de la Masonería en el siglo XVIII y que algunos conceptos seguramente que deberían revisarse para adaptarlos a nuestros tiempos, en cualquier caso parece innegable que la proposición acerca de en que cosas no debe ocuparse la masonería permanecería hoy vigente por la sencilla razón de que tanto hoy como ayer la masonería es una sociedad iniciática cuyo trabajo debe ir dirigido, primordialmente, a la construcción de nuestro templo interior. El trabajo en pos de una sociedad más justa, libre y fraterna no seria por tanto más que el resultado final al que se llega cuando todos sus miembros, o una porción suficiente para conformar una masa crítica, hayan sido capaces de organizar su vida de acuerdo a unos determinados parámetros.

¿Cómo conseguir una sociedad más justa si no practicamos la justicia?¿Cómo llegar a una más igualitaria si la soberbia preside nuestros actos y la igualdad preconizada se queda en simple palabrería huera?¿Cómo construir una sociedad en la que la fraternidad reine si en la cantera nos arrojamos piedras de una manera cainita, incapaces de hacer fluir la empatía?¿Cómo construir la libertad si somos presos de nuestros defectos y miedos?

Es evidente que la respuesta está en trabajar todos esos defectos con el fin de que nuestra piedra sea capaz de encajar en ese edificio que los masones nos afanamos en levantar y que con más frecuencia de la deseada se nos viene abajo porque nos empeñamos en colocar piedras inservibles por poco trabajadas.

Sigamos a Fichte y dediquemos nuestros afanes al trabajo interior. El resultado redundará en la mayor Gloria de la Humanidad

 

1 Comentario

  1. Asi es, si hay miedo a la libertad. No podemos ser Masones porque se supone somos hombres librrs.

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