Quien aún siendo profana o profano, en el sentido que tales términos tienen para quienes estamos en el mundo masónico, conozca un poco los usos y costumbres relacionados con la medida del tiempo, sabe que el año se cierra con el solsticio de verano y comienza, más o menos, con el equinoccio de otoño, es decir que estos días, y finalizada ya la celebración del solsticio de invierno, carece del más mínimo significado para los masones.
En cualquier caso y como este blog está abierto a la lectura de cualquiera que sienta interés por estas cuestiones de la masonería y del humanismo parece que es un buen momento para echar un vistazo al pasado y plantearse algunos compromisos para el inmediato futuro.
Lo primero, a más de felicitar el nuevo año a los más de cuarenta mil amigas y amigos, agradecerles la fidelidad con la que nos acompañan y que nos animan a seguir trabajando para dar a conocer la auténtica cara de la masonería, la real, tan diferente de la que muestran unos estereotipos basados en leyendas e interesadas difamaciones, y que no es otra que la de un humanismo laico y que persigue el progreso de la humanidad, el auténtico y basado en valores inmateriales.
Lo segundo, ofreceros los números del año en un excelente trabajo del equipo de WordPress que sirve de motor a nuestro blog, reflejo de vuestra fidelidad e interés y que puedes ver aquí.
Y lo tercero y último, nuestro deseo para el presente año, volver a proporcionaros un artículo o reflexión cada cuatro o cinco días como fue norma habitual y que deseamos vuelva a ser en el presente año
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